Valladolid lució un gran ambientazo por San Pedro Regalado, la plaza llena para ver un cartel de máximo interés que a la postre, no acabó de explotar por el mal juego de los toros de Cuvillo, todos carecieron de fondo y empuje menos el segundo, que sacó movilidad en la muleta. Con este toro, EdJ le dio juego por ambas manos, con hombros caídos y las muñecas sueltas le enjaretó varias series por la derecha de nota, con su corte joselitista. Valladolid respondió a la entrega del cacereño para pedir las dos orejas tras una estocada arriba. Otra oreja cortó del quinto, que salió con pies, pero acabó rajado en la cuarta tanda. Con el capote le jugó bien los brazos para recetar un buen quite por chicuelinas. Empezó doblándose para aminorar la condición del animal, de buena nota. Como fueron las dos siguientes a diestras. Con la izquierda no hubo manera. Estocada desprendida y oreja.
Morante y Juan Ortega sortearon ambos un lote infumable. El de la Puebla del Río dejó perlas por verónicas y muletazos a izquierdas sueltos ante la sosa condición del animal. El cuarto, más que embestir, topaba. Morante se lo quitó en menos de dos minutos. Ortega salió del coso de Zorrila sin que ambos toros tuvieran algo de raza. Misión imposible. Solo un par de verónicas de buen dibujo en el primero y un inicio por doblones fue lo de mayor color de su tarde.
Plaza de Toros de Valladolid. Feria de San Pedro Regalado. Lleno. Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y vacíos. Sólo sirvió la movilidad del cuarto.
Morante de la Puebla, ovación y pitos.
Emilio de Justo, dos orejas y oreja.
Juan Ortega, silencio y silencio.
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