López Simón llega al corazón de Illescas, a hombros con Cayetano

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MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO


Una corrida de primavera anunciaba este sábado la localidad toledana de Illescas en la que el glamour llegaba al corazón de Toledo. En el cartel, ante un rematado encierro de Luis Algarra, y con más de tres cuartos de entrada hacían el paseíllo Enrique Ponce, Cayetano Rivera y Alberto López Simón.


Muy fácil anduvo Ponce para soplarle verónicas a la llegada noble y rectilínea del castaño primero, que se durmió empujando en el peto sin gran castigo, pero con mucho desgaste. En la muleta tuvo fijeza y hasta desliz el de Algarra, al que no le acompañó la fuerza para transmitir emoción ni la raza para mantener la acometidad. Le puso compostura Ponce a su habitual suavidad, con un inicio brillante de doblones en el tercio que murieron en el toreo desmayado ya en terrenos de medios. Medía altura templada la del valenciano, que vio cómo se iba apagando el animal entre sus manos. Un pinchazo y una estocada precedieron a la ovación.


El segundo se movió en el primer tercio y humilló el saludo a la verónica de Cayetano con boyantía. Pero lo mermó el duro castigo en varas, al que llegó al relance para empujar con riñones. Sorpresivamente se le arrancó en animal a Cayetano antes de abrirse de muleta para recortarlo y llevarse la primera ovación. Luego fue un carretón en la muleta, con la que acompañó embestidas Rivera sin apretar para afianzar a un toro muy justo en la raza. Preciso anduvo en los toques, muy sutil para embarcar la enclasada arrancada que se iba hasta el final con generosa entrega. Sobresalieron naturales sueltos de buen trazo, que le valieron una oreja tras el pinchazo y la estocada.


Con delantales y verónicas quiso saludar López Simón al tercero, toro bajo y reunido que ya manifestó su falta de fuerza y de raza en las chicuelinas con las que varió el final. Apenas un picotazo se llevó en varas ante las protestas del tendido, pero permaneció en el ruedo. En los medios de rodillas lo esperó el madrileño, llenando el escenario desde el inicio a pesar de la flojedad de remos del de Algarra. Labor de suave media altura, de espacio y de templada parsimonia, siempre a más hasta llegar al comprometido final a pies juntos, siempre dando verdad en los cites y cadera a los finales. En la suerte de recibir quiso matarlo al primer intento, pero marró, y la estocada posterior sólo valió para una oreja.

El cuarto le derramó clase y entrega a Ponce en el saludo por delantales bien abrochado en los medios con una torera revolera para cuidar la condición. Entrega tuvo en el penco el animal, que cantó pronto su buena condición. Pero la mala suerte hizo que se lastimase las manos en banderillas y su entrega lo hizo medir el suelo cada vez que llegaba una mínima exigencia. Eso ahuyentó la emoción y la suave y empanada intención de Ponce no dio para mantenerlo en pie. Lo mató de pinchazo y estocada y escuchó ovación.


A pies juntos recibió Cayetano la franqueza del quinto, generoso en la repetición y humillado en los embroques que proponía el madrileño con solvencia. Este sí tuvo carrete y hasta transmisión en la embestida, pero le faltó reposo a Cayetano para cuajar la boyantía. Rápido en la embestida, se acopló el torero a la velocidad, dando la impresión de barullo en lugar de serenidad. Aún así, salió la raza deCayetano para imponerse y pasear la oreja que le faltaba para abrir la puerta grande tras pinchazo y estocada.


Con más facilidad que brillo saludó Alberto la movilidad humillada del sexto, atolondrado en los primeros tercios. Lo centró con la muleta López Simón, que supo darle el sitio y la pausa desde el vertical inicio sin enmendar la figura. Ligado y sólido con la derecha, un giro de talones le bastó al madrileño para quedar colocado y templar la arrancada emotiva. Aplastado Alberto en la arena hasta exprimir al animal, un pinchazo antes de la media estocada dejó el premio en oreja.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Illescas, Toledo. Corrida de toros de Primavera. Más de tres cuartos de entrada.

Seis toros de Luis Algarra, correctos de presentación. Noble y fijo, aunque sin raza el primero; Un carretón noble y enclasado sin raza el segundo; De noble e invalida calidad el flojo tercero; Noble y con calidad, lastimado en banderillas el cuarto; boyante y con transmisión y fijeza el bien quinto; enrazado, emotivo y noble el sexto.

Enrique Ponce (tabaco y oro): ovación y ovación.

Cayetano Rivera (gris perla y oro): oreja y oreja.

Alberto López Simón (marino y oro): oreja y oreja.

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