¡pum, petardo! Les explotó en la almohadilla

EN CORTO Y POR DERECHO (PJC)

¡pum, petardo! Les explotó en la almohadilla

Esperaban un tentadero y fue un correcalles en varas. Más que suerte una desgracia. Se creían que se iban a comer a los niños crudos y a lo más que llegaran es a hacer travesuras, tal que el 3º y 4º.

Y no es que no fueran “personas mayores” cabrones hasta decir basta, pero, orgullosos de su morucha condición, el pregonarlo ufanos desde el 1’ provocó prevenciones evidentes, casi se llama a los “geos”, travistiendo lo que es guerra licita entre el hombre y la fiera en una “kaleborroka”.

El 3º fue al corral, que en la circunstancias que sucedió no es un demérito del matador, como se entiende, al uso, sino que le requisaron la ”metralleta” que supone la opción de morir o matar en la suerte suprema.

Al 4º le pillaron con el “carrito del helao” en varas para “foguearle” a guisa de sedación para darle matarile con apenas 3 pases. Su evidencia mansa le supuso el juicio sumarísimo del palco en circunstancia que no se producía desde 2007 en una de esas “novilladas de la basura” del Pliego de los cerebros del “Plan Aguirreche” (D.E.P)

El 1º,2º, 6º en su condición mular sólo se comieron el albero.

Todo dentro de una corrida consentida por capricho. Respeto es otra cosa.

Consentida en su dudosa presentación y más en un comportamiento infame, desde la óptica del toro de lidia, sin que en los arrastres hubiera poco más que “cariñosos pitos”.

Se guardaron los pañuelos verdes y el ¡pum petardo! (que les explotó bajo la almohadilla, o los restos de algún panfleto) lo reservan -con la bilis “tipo de la casa”- para la de hoy de Victoriano incluso para el viernes en la de Victorino.

Cómo será que ni pudieron meterse con los toreros. Más que héroes (que lo fueron) “mossos de escuadra” reprimiendo las agresiones con proporcionalidad cómo recomienda una tal Colau.

Cómo será que en el 5º se taparon. Y fue toro que regaló movilidad con transmisión, informal pero toro de lidia, similar a los dos del pasado septiembre que argumentaron la falacia de ver al mayoral recogiendo parabienes.

Y de aquellos polvos estos lodos.

Todo comenzó en septiembre de 2015 donde acostumbrados a la “saltillada” del impuesto revolucionario del llamado ciclo de encastes; una corrida normal elevada a los altares por la clientela y el clientelismo plumilla y tuitero.

Es lo que tiene los excesos : de ser abstemio (en casta) a emborracharse un día, no es que desemboque en resaca, no; propicia el “coma etílico” de ayer.

Septiembre era la excusa para dar el salto a la “isidrada” como el alcalde Trías le pagaba el alquiler, la luz, el agua y el gas a los okupas antisistema de Barcelona.

En el 4º Se apuntó, con la timidez lógica, que -aquello que se anunció toro- hacía (¡no que estuviera!) cosas como de toreado. De ser así ¡Joder, que cojones tuvo el furtivo!...o era un indocumentado que pasaba por allí harto de Anís del Mono.

¡Pum, petardo!     

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