Mangazo a Uceda Leal, que da una vuelta al ruedo en Madrid

Mangazo a Uceda Leal, que da una vuelta al ruedo en Madrid

LA CRÓNICA DE ALEJANDRO MARTÍN

Plaza de Toros de Las Ventas. Toros de El Puerto de San Lorenzo, muy bien presentados. Destacó el buen son del primero y el encastado tercero y José Vázquez (4°) , venidos a menos. Casi lleno. 

Uceda Leal, vuelta al ruedo tras fuerte petición y ovación 

Morante de la Puebla, silencio y silencio 

Ángel Téllez, silencio y silencio 

Al filo del “no hay billetes” se quedó la tarde. El cartel reunía grandes alicientes: la vuelta de Uceda, tras su excelente tarde del 2 de mayo, el momento de Morante de la Puebla y la revelación de Ángel Téllez. Los toros de Puerto De San Lorenzo dieron un juego pobre, a excepción del son del primero y el encastado tercero.

Uceda Leal se abrió de capa, por verónicas, al primero, que marcó su buen estilo, humillando en el percal. Y Morante quitó por verónicas, de excelente trazo y suaves. Replicó por chicuelinas Uceda de gran sabor. Prometía el toro. Uceda Leal sacó a los medios al toro andándole, el pase de las flores, excelente. Uceda le administró de forma sensacional: cuatro y el remate. Sin obligarlo en demasía. La primera, a diestras, fue lo mejor del trasteo. Erguida la figura. El final por abajo, torerísimo. Dejó una estocada casi entera. Y el presidente le birló la oreja. Vuelta al ruedo tras fuerte petición y bronca al palco. Palmas para el toro. El sobrero cuarto, de José Vázquez, de mejor embroque que final, pegando un tornillazo al final del muletazo, echó pronto el freno de mano.

Morante de la Puebla sorteó un lote deslucido, quedándose muy corto y con mal estilo. Lo más potable de su tarde fue la gavilla de verónicas al primer toro de la tarde y un animoso prólogo por ayudados por arriba al quinto.

Ángel Téllez sorteó el mejor del encierro. El tercero prometía la excelencia en los capotes, humillando y con recorrido. El toledano no llegó a entender al encastado animal, que se quedaba por debajo de las espinillas. Quizás por llevarlo tan atrás de la cadera. Lo más granado fue una excelente serie a diestras, asentado y encajado. También, un cambio de mano de categoría. Se atascó con los aceros. El sexto no valió un duro. Muy deslucido.

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