Víctor Mendes: ​" Lo más importante de mi carrera fue llevar por delante un proyecto de vida y un sueño"

|


MENDES Y ALEJANDRO



" Gonzalito y Teodoro Matilla fueron punto y aparte en la historia del toreo, cada uno en su campo"


" Mi referente era Paquirri por la forma en la que sentía y vivía el toreo"


" El cartel de banderilleros lo fomentó Paquirri y, por una serie de circunstancias, fue Teodoro Matilla el que impulsó el cartel de banderilleros  "



LA ENTREVISTA DE ALEJANDRO M. CARBIAS


Hablamos con un figurón del toreo portugués, tenemos al maestro Víctor Mendes.


¿Qué balance hace de sus 40 años de alternativa?


Me gusta mucho la pregunta porque es directa y precisa, ¿qué balance hago? Puf…Voy más atrás, tenemos que situarnos en el tiempo. Hace 43 años y medio se reunieron una serie de condiciones en unos tiempos muy difíciles por que la sociedad portuguesa no estaba preparada para una democracia. Pero, en esas épocas estudiaba derecho y tenía al toro muy puntual en Vila Franca de Xira y lo vivía todo con mucha pasión, por el entorno que había alrededor del toro. Además, por la zona del río Tajo había muchísimas ganaderías en treinta kilómetros a la redonda del río. Ahí empezó mi afición y de ahí, salté a España. Han pasado muy rápido estos cuarenta años…Además, a mí, me cogieron muchísimos los toros. Sobre todo, a partir de una cornada de un toro de Victorino me empezó a fallar y me retiré con treinta y nueve años. Recuerdo que durante los años ochenta se vivió una época muy buena en España, se toreaba muchísimo. La verdad, lo más importante fue llevar un proyecto de vida y un sueño; llegar a ser matador de toros. He toreado con todas las figuras de mi generación anterior y posterior.


¿Cuáles eran sus espejos?


Mira, esa pregunta es muy interesante. En esta profesión no hay que copiar a ningún torero a nivel personal o artístico. Hay que tener referencias y te tienes que acoplar a ellas o sentirte identificado en la forma de estar, sentir y hacer el toreo. Mi forma de entender el toreo se basaba en doblegarlo, poderlo y dominarlo. Y lo hacía con un tipo de toro que ponía aprueba la técnica y el valor. Además, había muchísimos más encastes y ganaderías. Ahora quedan muy pocas o ninguna. También es verdad que ha habido una evolución más estilista o estética. Y de antemano, sabes que el toro al que vas a afrentar es toreable. Antes no había el concepto de toreabilidad, es decir, todos los toros son toreables, pero no dentro de una misma forma.


¿Se torea mejor ahora o antes?


Yo no diría que se torea mejor hoy o en los tiempos pasados se toreaba mejor. Yo creo que ha habido una evolución en la forma de estar y en la dinámica del espectáculo. Lo que pasa ahora es que sabes lo que hace el toro, es menos imprevisible. Es como una coreografía, pero no hay que quitarle importancia. Antes había que someterlo con la técnica y el valor, era diferente. Además, quiero decir que se ha llamado erróneamente a los toreros estéticos o de arte, artista. Aquí, todos los toreros tienen un espíritu artista, ya sea a través del valor, la técnica y las ganas de triunfar. Yo creo que se ha perdido el concepto de torería. También, es verdad, yo me sigo emocionando cuando hay verdad y las cosas se han hacen bien. Toda la vaca y todo toro tiene peligro y esos nunca hay que olvidarlo. Actualmente, cuando se habla de que las figuras no abren paso o las empresas- estas apoderan a las figuras- a los toreros emergentes es porque siguen teniendo un gran tirón y son el centro de la feria. Además, son los que pelean con los toreros emergentes. La grandeza de las figuras está en la propia grandeza de ellos, porque muchos toreros no han sido capaces de llegar ese lugar privilegiado.


Este año han fallecido Gonzalito y D. Teodoro Matilla, supusieron todo en su carrera.


Sí, estás hablando de dos hombres que son punto y aparte en sus facetas. Son historia del toreo. Gonzalito, dentro del campo de los profesionales del toreo ha sido muy bueno. Era un taurino de la antigua usanza. Él tuvo una formación como intelectual del individuo, de la vida, la picaresca… Él vivió la posguerra. Vino de una familia humilde y se hizo un grande dentro de la profesión de los mozos de espadas. Era sensacional. Además, se relacionaba con los genios del toreo. Principalmente, con Curro Romero. Gonzalito fue su hombre de confianza.


¿Cómo le conociste?


Él me conoció cuando era banderillero en el año 1977 en la última corrida de muerte en Portugal. Por aquellos años, empezaba a hacer sus pinitos y empezó a apoderar a matadores de toros y los ayudaba. En esa corrida me vio y se quedó prendado de mí. A raíz de ahí, en el año 1978, Gonzalito me enderezó y me trajo a España.


Y más tarde apareció Teodoro Matilla.


Sí, hay una transición en la empresa Balañá y aparece D. Teodoro Matilla, uno de los grandes taurinos de la historia del toreo. Un hombre muy inteligente y fino en el tema empresarial. Pero, a mí, lo que me llamó la atención fue su conocimiento del toro en el campo. Era un veedor de toros fenomenal. También, tenía una personalidad muy suya, era reservado, callado, pero con una cabeza y una forma de estar sensacional. Era como si fuera familia mía. Sentí muchísimo su muerte y estábamos en contacto continuamente.


Teodoro Matilla impulsó el cartel de matadores de toros, ¿no?


Sí. Él lo prodigó más, pero hubo una serie de circunstancias que llevaron a que Teodoro lo llevara a cabo. Uno de los primeros carteles de banderilleros lo fomentó Paquirri- era mi referente. Mi forma de estar y vivir para el toro lo aprendí del maestro Paquirri. Tenía muchísima carisma y cultura taurina. Yo vivía con Paquirri en Cantora durante su transición de matador. Para él, el toro estaba por encima de toro, tenía mucha educación taurina-. El maestro Paquirri quería volver a retomar el cartel que se había formado: Ángel Teruel, Paquirri y Paco Alcalde. Luego, por una serie de circunstancias. No se dio. Yo llegué a torear con él un par de veces: Granada y Barcelona, aquí dimos una vuelta al ruedo los tres matadores: Paquirri, Esplá y yo. A partir, de ahí, Paquirri tenía la intención de seguir adelante, pero llegó el día de Pozoblanco y no se pudo seguir dando ese cartel.

Pero se dio cuando entró D. Teodoro de gerente en la empresa Balañá y empezaron a apoderarme D. Pedro Balañá junto con D. Teodoro, ahí se empezó a hablar de retomar el cartel de banderilleros. Se habló con Esplá, pero en esa época El Soro estaba de novillero. Una vez que El Soro toma la alternativa- era un ídolo en la zona del levante porque era un revolucionario. Tenía una capacidad y una sagacidad increíbles-, Teodoro Matilla empieza a mandar en ese cartel y los pone en todas las ferias.


¿Le opacó las banderilleras?



Yo no quiero quemarme las neuronas y no pienso en ello. Yo no soy un amargado del toreo. También, cometí muchos errores, pero, en definitiva, cuando estaba sacando más partido de torear, me tuve que retirar. El público imponía que tenía que poner constantemente las banderillas a todo tipo de toro. Yo he toreado 1058 corridas de toros y lo que he hecho, hecho está. El gran público iba a vernos y agotaba las localidades. Era punto y aparte. Y, encima, salvaba económicamente las ferias. En definitiva, la gente iba a ver esa espectacularidad del tercio de banderillas, desde diferentes perspectivas y personalidades de los tres matadores. Era un espectáculo vernos. Si no banderilleamos el 100% de los toros, lo hacíamos en un 90%, ya fueran malos, buenos, rajados, temperamentales…Exploramos todos los conceptos que están en los cánones del arte de banderillear. Cuando no salía ese toro espectacular para banderillear, íbamos a buscar las soluciones para poder banderillearlo a través de los terrenos y las distancias.




Víctor Mendes: "Mi carrera de 18 años es el resultado de un proyecto de vida y un sueño inimaginable, tanto que mis principios como profesional fue como banderillero en Portugal"

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.