Roca Rey y Morante salvan la tarde en la 1ª de San Miguel (Sevilla)

Roca Rey y Morante salvan la tarde

 El peruano corta una oreja mientras que Morante pierde un trofeo de peso en el cuarto.

Volvieron. Por fin. Sonó el cerrojazo dos años después. Pero no como soñábamos. Entre la espada y el encierro de Victoriano, no despegó la tarde. Qué cayó en un letargo tras la faena de Morante. Ya, para empezar, el paseíllo fue un desastre auténtico.

Una vez roto el paseíllo, Morante quedó inédito ante el reservón y deslucido primero. Siempre estaba detrás de la mata. Sabía lo que dejaba atrás. El cigarrero hizo una faena de aliño para despenar al burel.

Todo lo contrario, fue “Distante”. Un taco. El de Victoriano deslumbró su calidad superlativa en las cadentes y despaciosas verónicas de Roca Rey. RR cató la dulce embestida. Pintaba la faena de cante grande. Pero no fue así. El cornúpeta se desplazaba con una calidad superlativa en los trastos, pero faltó rotundidad para cuajar al excelente segundo. RR ligó y templó las embestidas de” Distante”. Todo se quedó a medias. Tras un pinchazo, quedó en una oreja y “Distante” fue arrastrado entre las excelencias de un toro de bandera.

De bandera era la lámina que portaba el tercero. Lo único. Tan serio y bonito era como insulso en su embestida. Aguado estuvo dispuesto ante un animal noble. No hubo conjunción.

Pero en el hondo y serio cuarto sí hubo conjunción. Morante deletró, a diestras, como es el toreo. El cigarrero metió en el canasto a un toro muy justo de raza. Hubo tiempo para paladear el toreo al natural. Suelto de muñecas y encajado de riñones, Morante esbozó el toreo. Para qué más. Todo quedó en una ovación, tras el fallo a espadas. Ahí quedó eso. Lo más caro de la tarde.

Tras la lección de toreo, Roca se montó encima del quinto toro. El peruano salió espoleado. Muestra de ello fue el extraordinario inicio de hinojos, remató con un pase el desdén precioso. RR pisó los terrenos del toro para acabar apabullándolo. Los pitones pasaban por la chaquetilla a escasos centímetros. Sevilla se rendió al peruano. Tras una media estocada, el público pidió la oreja, quedándose en una vuelta al ruedo.

Cerró el regreso a La Maestranza un toro muy serio y alto. Desproporcionado para lo que llaman el toro de Sevilla. El de Cortés repitió en el capote y en la muleta de Aguado. Lo mejor de la tarde de Pablo fue el genuflexo inicio llevando al toro. Hubo uno que hizo crujir a La Maestranza. El sevillano no atinó en distancias y alturas para llevar embarcada la genuina embestida. De mitad de faena en adelante, el toro empezó a reponer y sin salirse de los flecos de la muleta. Aguado hizo un esfuerzo (y más con la lesión de su rodilla) y los congregados en el coso hispalense lo agradecieron.

Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Primera de la Feria de San Miguel. Lleno sobre el aforo permitido. Toros de Victoriano del Río, muy serios y de escaso juego. 1º reservón; 2º extraordinario, de categoría; 3º noble, justo de raza ; 4º bueno por el pitón derecho hasta que duró; 5º desrazado ; 6º con genio, sin entrega ninguna.

Morante de la Puebla, silencio y ovación

Roca Rey, oreja y vuelta al ruedo

Pablo Aguado, silencio y silencio

Incidencias: se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del Covid-19. Juan José Domínguez, Viruta y Juan Carlos Tirado se desmonteraron en el segundo y quinto toro. Iván García se desmonteró en el tercero.