Reconstrucción

EDITORIAL (PROGRAMA "LA DIVISA" DEL 28 DE SEPTIEMBRE 2020)

Reconstrucción

Dícese de la reparación o nueva construcción de una cosa destruida, deteriorada o dañada.

Tal que “el toreo”, ahora destruido por la pandemia pero muy deteriorado o dañado desde hace muchos años.

El sector ha hecho de la necesidad virtud en el daño del COVID19 y, aunque tarde (nunca es tarde…), ha unido fuerzas para que la Tauromaquia no estuviera ausente total en este año de desgracia 2020.

Todo bajo el liderazgo de dos agentes esenciales: la FTL y el Canal Toros.

Pero esta reconstrucción no debe ser un parche puntual para este pinchazo ni un recauchutado de futuro, sino un by-pas para la reconstrucción en la organización de este espectáculo con cambio total de neumáticos para, cuando el virus remita o haya vacuna y se recupere la normalidad (la de siempre no eso de la “nueva”), poder rodar con total seguridad y nuevos conceptos propios del siglo XXI principalmente en sectores vulnerables que, paradójicamente, son las bases del espectáculo de élite: las plazas de pueblo (3º y 4º) y las novilladas con y sin.

Los dos primeros espectáculos celebrados de los 21 programados se pueden considerar de éxito y por lo tanto insuflan optimismo cara al futuro.

Y, a mí, personalmente, me dejan una reflexión sobre la síntesis que habitualmente se hace del espectáculo actual: caro y pesado.

La corrida de 4 toros abarata costos, como la adaptación de los “cachés” a lo que hay (como ahora), lo que permitiría bajar ostensiblemente el precio de las entradas y favorecer la asistencia (de la que luego sale la afición) y terminar con las 3 horas interminables de festejo que, en muchos casos, “sodomiza” al común de los espectadores, aficionados… y profesionales, también.

Es una buena corrección de “reconstrucción” siempre y cuando estas medidas, fuera de pandemia, no creen vicios al que cobijarse plazas de 1ª o 2ª y, menos, los circuitos de grandes ferias, salvo de aquellas plazas que estén en la UCI taurina. Y ejemplos hay varios.

Pero no se si me malicio pensando que cuando pase el “bichito” pueda ocurrir como cuando se redujo el IVA y, supongo, saben por dónde voy.