​ROMÁN

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Pjc20.

EDITORIAL (PROGRAMA LA DIVISA DEL 1O DE JUNIO. 2019)

PEDRO J. CÁCERES



ROMÁN


Sabía que ya había salido reforzado en Las Ventas después de su segunda comparecencia en San Isidro, con la corrida de Adolfo Martín, cuando cortó una oreja después de la faena con más contenido artístico de cuantas ha firmado en Las Ventas -donde cuenta con una Puerta Grande y un buen puñado de orejas cortadas-. Todo eso lo sabía. Sin embargo, decidió apostar. Por Ibán. Por la violenta embestida del toro Wellington. Por el puesto que no todos los toreros en su status querían… y apostó.


Y no sólo apostó, sino que expuso su verdad a cara de perro. La raza y el valor de siempre acompañados de un gusto importante para torear. A costa de lo que sea. Incluso de la vida… la que estuvo a centímetros de tambalearse.

Por eso, por su entrega, por su verdad, por su compromiso, se hizo Román con la sustitución de Emilio de Justo en una tarde donde la afición venteña tenía puesto su foco. Esta era su novena corrida de una temporada donde estará en más ferias aún, porque son ya muchas actuaciones muy sólidas que le han hecho coger también las sustituciones de Emilio en Nimes y Vic Fezensac. Era su momento. No tenía necesidad. Y lo hizo. Porque es valiente, porque así lo siente, porque así lo reza la verdad que siempre ha llevado a gala.


Por eso Madrid, el Madrid ya propiedad del valiente Román, no cabía de agradecimiento en su ser cuando los hombres llevaban entre gritos de dolor al torero valiente con un chorro de sangre regando la arena camino de la enfermería. Un torero que no tenía necesidad por el escalón que gozaba de aceptar este envite… pero decidió que iría a por él hasta el final. Mucha fuerza, torero. 

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