Carlos Zúñiga: “Tengo cuarenta años y no sé hacer otra cosa que el empresariado taurino, al que dedico mi vida; voy sin prisa pero sin pausa en mi carrera”

|


Sin tu00edtulo



Comenzamos este lunes el balance empresarial y vamos a empezar por la última feria en plaza de primera categoría de la temporada, la de Zaragoza. Una feria que venía precedida por una serie de inconvenientes y zancadillas que pone aún más en valor el trabajo de la empresa comandada por Carlos Zúñiga y Julio Fontecha. Carlos, buenas noches.


Buenas noches.


Encantado de cómo se ha puesto el broche final a la temporada en general. Hay que hacer balance y yo creo que ha sido una de las mejores ferias de los últimos tiempos.


Como bien dices, la gestión de la plaza de Zaragoza este año se puso muy complicada. Gracias a Dios y con la justicia de nuestro lado hemos podido llevar a cabo lo que creíamos que podía ser, cerrando por todo lo alto una temporada que en líneas generales ha sido magnífica en toda España y en Zaragoza más si cabe. El resultado artístico queríamos que fuera bueno y así ha sido, queríamos que el abonado saliese contento.


Hablamos de una de las grandes ferias de los últimos tiempos, sin desmerecer a la etapa de Simón Casas, que os puso el listón altísimo después de que el productor cogiese la plaza hecha un desastre tras la etapa de Serolo.


Siempre que me han preguntado en este aspecto tengo que decir que Simón ha hecho una labor encomiable en Zaragoza. La cogió menos que bajo mínimos y con su forma de trabajar logró una temporada extraordinaria. Nosotros tenemos que darle continuidad e intentar superarnos año a año con eventos como los seis toros de El Juli o la despedida de Padilla, amén de otros muchos eventos que han contribuido al gran balance final.


Y todo eso con el mérito de una prórroga no concedida a Simón Casas un tanto extraña, un pliego de condiciones muy confuso, una licitación también confusa que se tuvo que recurrir a la justicia, no se pudo celebrar San Jorge, no os dejaron trabajar hasta mediado el año… ¿Cómo se supera todo eso? ¿Qué previsión había y qué fe había para prever los encierros?


Gracias a Dios, mi faceta de veedor de la empresa Taurodelta ha hecho que se consumara aún más mi relación con los ganaderos y he tenido que tirar de ello este año. Me han respondido magníficamente y hemos logrado llegar a final de año con ocho o diez encierros de la entidad y la categoría de Zaragoza. A partir de ahí, muchos tendrán recompensa para el año que viene y les doy las gracias como empresario y como amigo. Han hecho que se vuelva a la normalidad que Zaragoza demandaba. Era un pliego muy exigente como exigente es la afición de Zaragoza y una plaza de primera. Nadie recuerda un concurso fácil de ninguna plaza de primera. Desde luego, cuando un caramelo es apetecible no deja de ser algo polémico.


Y muy importante. Dos preguntas en uno: había que trabajar, en primer lugar, a muchas figuras del toreo para conseguir que fuesen a Zaragoza y no cortasen temporada antes. Y, en segundo lugar, el único que faltó fue Roca Rey, ¿se saben finalmente las causas?


Uno intenta labrarse el futuro con seriedad, y con esta aventura cuando he desembarcado en ella he pedido encomiablemente a diestros a los que contrato que en el primer año en Zaragoza tenían que echarnos una mano. Diestros como Juli, Manzanares, Talavante, Perera, Ponce… han estado presentes en un ciclo relevante. Respeto a todos los sectores de la tauromaquia, pero sí que es cierto que las ferias se hacen grandes con la presencia de las figuras. Me da muchísima pena no haber podido contar con Morante, de los primeros con los que nos pusimos en contacto, pero me dijo que si los compañeros estaban respondiendo, no le obligáramos a salirse del guion inicial en el que dijo que comenzaba temporada en Jerez y terminaba en Sevilla. Como gracias a Dios no nos dieron la espalda las figuras, entre comillas le libré del compromiso y esperamos que el año que viene pueda estar presente. Roca Rey fue el tercer torero con el que nos comunicamos, con su apoderado Ramón Valencia, y quedó prácticamente todo cerrado en un día, y sorpresivamente tres o cuatro días antes de presentar la feria nos dijo que era una decisión personal del matador. Evidentemente había estado tirando del carro toda la campaña, comenzaba la temporada americana demasiado pronto y necesitaba descansar. Lo respetamos y esperamos poder contar con él el año que viene.


¿Qué hacemos con los presidentes de Zaragoza?


Sería una pregunta fácil para despotricar, pero les doy mucho mérito por subirse ahí arriba. No es demagogia barata. Pero me da pena porque ha habido faenas muy imporattnes y muy merecedoras de las orejas que la gente ha pedido en masa. Así se lo he dicho públicamente a ellos. Si el baremo de Zaragoza está ahí, está ahí. Pero las ferias se hacen grandes cn las salidas a hombros de los toreros, y hemos visto embestir en el Pilar a quince o veinte toros cuajados por los matadores y creo que más de una vez la Puerta Grande por partida doble se podría haber abierto. Lo respeto, pero mucha de las veces no comparto la decisión.


Aprovechamos para dar una pincelada de las otras plazas, principalmente Gijón.


Es una feria muy consolidada, un abono con una tónica buena. No acabamos lograr esas entradas anteriores de la crisis, con dos o tres tardes de lleno y el resto con más de media plaza, pero se mantiene un equilibrio económico y artístico bueno. Nos restan tres años de gestión. A partir de ahí tenemos Zamora, donde hemos conseguido que vuelvan las figuras; el año pasado indultó un toro Castella, este año Talavante, Juli y Roca Rey han dado todo un espectáculo y este año será el quinto de nuestra gestión. Nos mantendremos en ese número de festejos. Aranjuez es la otra plaza importante que regento, y para mí era una plaza importante y que necesita muchísimo cariño, trabajo, implicación de todos los sectores y ha sido el lacre de esta temporada. Es una plaza que coincide con San Isidro, y televisando esa feria es complicado. Hay que hacer un cartel súper rematado, que es lo que la afición de Madrid demanda. Ojalá revitalicemos esa plaza.


¿Política de expansión o esto es suficiente?


Estoy aquí para trabajar. Tengo cuarenta años y no sé hacer otra cosa que el empresariado taurino. No tengo otra fuente de ingresos ni otra vocación que no sea esta. Voy sin prisa pero sin pausa. Quiero asentarme. No está en mi mente tener veinte plazas de toros pero sí un abanico de plazas de segunda. Quiero que cuando me ponga a negociar con una figura del toreo, no lo haga solamente con un bocadillo, sino con un catering. 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.