Ventura, más que El Viti

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EL COMENTARIO BREVE DE PEDRO J. CÁCERES


En tardes así, Ventura (Diego) ¡por ventura!


No fue fácil, ni especialmente lucida, la corrida de los diversos hierros de Capea. Grande, gorda y muy pesada (636 kilos de promedio) todos con tendencia aquerenciada de salida y ritmos cambiantes durante la lidia, siempre mejor para adentro.

Ventura tiró de raza y orgullo, maestría, para abrir por 15ª vez la P.G. Y generoso para que 1º y 5º pasaran por manejables recurriendo en ambos a Nazarí y Remate (dos fenómenos). Eso explica lo malo que fue el 3º, que hizo pasar un trago a Fino.

Leonardo tuvo en el 2º el animal más noble del encierro y lo cuajó hasta atrancarse con el rejón de muerte para volver a repetir en el manso 4º (que saltó al callejón) por lo que su labor fue tan de mérito que hubiera cobrado oreja. Y el 6º, se dejó. Tuvo como baluarte a Sol (como en el 2º) para una nueva labor de entrega y variedad. Lo mató al 2º intento y cobró esa oreja perseguida toda la tarde. 21243 espectadores. (Pedro J. Cáceres)




TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: SARA DE LA FUENTE

La segunda corrida de rejones de la feria de San Isidro madrileña llegaba en la tarde de este domingo a la plaza de toros de Las Ventas. En el cartel, Diego Ventura y Leonardo Hernández mano a mano frente a un encierro de San Pelayo.

“Preferino”, de San Pelayo, era el primero de la tarde y primero también del lote de Diego Ventura. A dos pistas y muy en corto fue levando al animal en la primera banderilla, sonsacando los primeros olés del tendido ante un astado que tornaba en sosería por cada segundo que pasaba. Nazarí fue el siguiente caballo que sacó a relucir Ventura. Ya más cerrado, y dándole toda la ventaja al toro mirando a tablas, aguantó quiebros de espanto el cigarrero para clavar en toda la cara y levantar soberanamente a los tendidos. Extraordinario fue el epílogo, en el que hizo todo ante un animal al que le puso las cortas con Remate. A la primera enterró el acero para echar abajo al astado sin puntilla. Oreja.

Estoque fue el elegido por Leonardo Hernández para recibir al segundo, primero de su lote. Suelto, remiso a acudir al rejón de castigo pero con celo cuando lo hizo Leonardo Hernández en el primero de ellos, respondiendo con movilidad a éste fue el de Capea. Más templado en los últimos compases de este prólogo de la lidia. La circunferencia completa realizó el extremeño antes de comienzo de la faena, ya con la primera banderilla en la mano. Astado con movilidad, que aguantó la lidia del primer caballo con mucho motor, siguiendo presto las monturas de Hernández y emocionando con su tranco alegre. Sol fue el elegido para poner los siguientes palos, en los que el animal respondió. Y se dobló Leonardo en el final de faena, buscando terrenos de cercanías con las cortas aprovechando la buena condición del astado, con movilidad hasta un final en el que se comenzó a parar más. A la tercera consiguió enterrar Leonardo el rejón de muerte, pinchando en una banderilla en la primera de ellas. Palmas al toro en el arrastre.

“Riojano”, de 642 kilos, era el tercero de la tarde, segundo del lote de Ventura. Más parado tras recibir la primera señal de castigo por parte de Ventura que sus hermanos anteriores. No respondió con viveza ante el astado. Con Importante comenzó su lidia y con Fino prologó su faena el cigarrero. Animal que terminó apretando a Diego mientras montaba a Bronce porque intentaba tapar su falta de bravura a base del celo hacia tablas que tenía, embistiendo por dentro a los caballos del rejoneador. Y supo imponerse a base de tesón para clavar palos que llegaron arriba Ventura. Con adornos antes de entrar al quiebro consiguió la arrancada del toro, clavando en toda la cara y dejando piruetas que llegaron arriba en los siguientes dos pares. Con Bronce y Bombón finalizó la faena a un toro que no lo hizo nada bien en el epílogo. De pasar paquete. Palmas.

Haciendo gestos extraños de salida hasta que le clavó Leonardo el rejón de castigo. Leonardo no pudo sino sobreponerse a las complicaciones del animal. Se metía por los adentro y constantemente barbeaba tablas, consiguiendo en una de ellas saltar al callejón y sembrar el pánico en este, saliendo del lugar de forma rápida todos los profesionales que allí se encontraban. Además, el toro alcanzó una de las ancas del caballo de Leonardo. Toro incierto que tampoco se lo puso fácil para meterle el acero.

Con Lambrusco recibió Ventura al último de su lote, de 685 kilos, con el que se fue a portagayola garrocha en mano. Fue un toro cambiante en el primer tercio. Hasta tres piruetas ajustadísimas dejó Ventura en el epílogo de su faena junto a Nazarí, con el que mantuvo total emoción y consiguió llevarse de su mano al tendido. Largo lo llevó en una circunferencia completa. Con cierta condición reservona el de Capea, que incluso le tiró alguna cornada al caballo de Diego sin lograr calar en Nazarí. Exposición tremenda del rejoneador, que tiró de la condición del astado para llevarlo en circunferencias completas con la movilidad peligrosa del astado charro. Banderillas cortas al violín fueron el cierre de labor del de La Puebla, que pidió una rosa que colocó al final de la faena a un toro que prosiguió con peligrosidad. Oreja que le abría la 15ª Puerta Grande.

Frío de inicio el último toro de la tarde hasta que sintió el hierro de Leonardo Hernández sobre su morrillo. Sol, el más veterano de su cuadra, le sirvió para administrar los terrenos a dos pistas y llevar embebido al animal en su montura. Xarope le valió para finalizar su labor adornándose. Pero pinchó su labor… algo que no tuvo en cuenta el público, que pidió una oreja concedida por el palco.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Décimo tercera de abono. Corrida de rejones. 21243 espectadores.

Toros de San Pelayo.

Diego Ventura, oreja, palmas y oreja.

Leonardo Hernández, ovación, silencio y oreja. 

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