​Decir que no, no siempre

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EDITORIAL (Programa LA DIVISA del 22 de enero de 2018)

Pedro J. Cáceres



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Decir que no, no siempre


En el torero se acuña que “el peor toro es el que no se torea”; cierto, pero con matices.

Hay veces que la deshonestidad en la oferta, con abuso de domino, incluso con ribetes y tufo de humillación, aconseja decir que no. Soy partidario.

De hecho, así me he manifestado cuando han ocurrido sucesos de este cariz, que a lo largo de la historia de la tauromaquia no han sido pocos, sobre todo en las grandes ferias y grandes plazas.

Más, así me pronuncié respecto de Juan del Álamo cuando renunció a estar en Valencia por oferta inapropiada a sus méritos recientes, entonces, en el coso de la calle Xátiva.


Plaza 1, concesionaria de Las Ventas, presentó en Fitur, el pasado sábado, las líneas gruesas de la temporada y avanzó los carteles de inauguración del 2018 que coinciden con dos fechas clásicas: Domingo de Ramos y Domingo de Resurrección (carteles que había avanzado, días antes, La Divisa en su web: El Cid, Pepe Moral y

Fortes con la corrida de Victorino más Daniel Luque, Juan del Álamo y Álvaro Lorenzo, el Domingo de Pascua con la corrida de Lola Domecq (El Torero).



Erramos con Juan del Álamo.

Pero no se equivocó La Divisa, falló el torero salmantino que a menos de 24 horas para publicar los carteles decidió no ser de la partida. Y acertó David Mora que es quien encabezará la terna.



Ignoro los flecos de negociación que a Del Álamo le llevaron a decir que no.

Supongo que como uno de los triunfadores del 2017 en que, por fin, tras 8 o 9 orejas cortadas, lograba pasear dos de un toro y abrir la Puerta Grande pensaba merecer entrar por derecho propio en San Isidro, sin reválida alguna, y en los carteles apropiados a los triunfadores. Y puede que tenga razón, pero…



Pero la realidad es que aquel gran triunfo, por lo que sea, no ha sido rentabilizado posteriormente en contratos ni tampoco donde se anunció hubo triunfos arrolladores que dieran continuidad al de Madrid y supusiera haber sido uno de los toreros del 17, máxime cuando su triunfo, incontestable, se lo eclipsa el arrollar del joven Ginés Marín, que, sí repitió en casi todos sus compromisos ulteriores, sobre todo en la ferias y plazas de primera.



Supongo que, igualmente, como se suele proceder cuando te anuncia en una fecha, aunque clásica, fuera de feria, ésta (San Isidro) se negocia, y ahí han podido estar los escollos en no asegurarle la empresa, no las tardes, sino el número, carteles y ganaderías, dejando estos matices al albur de lo que ocurriera en Resurrección.



¿Y ahora qué? Pues su presencia en San Isidro debe ser un hecho, pero los colaterales descritos pueden variar sustancialmente no solo en función de sus antecedentes globales si no que cualquiera de los 6 compañeros anunciados en el “pack” tengan la suerte que buscan y tomen la preferencia por triunfo más reciente; por no haber dicho que no en sus circunstancias, cuando sus argumentos no se reflejan en presencias en las primeras ferias como Olivenza, Castellón, Valencia y Sevilla dónde poder recuperar pasos atrás.



En cualquier caso, respeto la decisión.

Entre otras cosas porque más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena, porque tampoco tenemos datos (ni ninguna de las partes los quieren dar) y, principalmente, por el lema, mío personal, y de La Divisa: “en mi hambre mando yo”.



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