Faltó novillero en la primera del Alfarero de Oro

|



JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO


Arrancaba este martes el esperado certamen de novilladas “Alfarero de Oro” en la localidad toledana de Villaseca de la Sagra. Un serio encierro de Torrestrella remendado con un novillo de El Ventorrillo era la materia prima ganadera para la tarde de hoy. En el cartel, los novilleros Pablo Aguado, Jorge Isiegas –en sustitución del herido Daniel García Navarrete- y Leo Valadez. A las seis en punto arrancaba el paseíllo en “La Sagra”.


"Lector", con el hierro de Torrestrella, llevaba por nombre el primero de la tarde, animal nacido en febrero de 2014 y número 80. Astado agradable para lo que sale en Villaseca, el sevillano Pablo Aguado lo saludó con aisladas verónicas y, tras el puyazo en un tercio de varas en el que el novillo echó la cara alta, quitó tras un desarme por chicuelinas Aguado. No se lo puso fácil el animal en banderillas a la cuadrilla del sevillano, que tras brindis al respetable no terminó de apostar por el animal. Las coladas por la diestra del de Torrestrella hicieron que no terminase de apostar el hispalense, al que los enganchones deslucieron la labor. A pesar del ímpetu de la banda, no logró conectar Aguado frente a la movilidad alegre de un animal al que sí, le faltó la clase en su viaje. A la primera enterró el acero el novillero, que vio cómo le sonaba un aviso mientras erraba en el primer golpe de descabello. Silencio al joven y división de opiniones para el novillo en el arrastre.


Más escurrido que el abreplaza pero más serio por delante era el segundo de Torrestrella, un astado al que dejó varias verónicas de buen trazo Leo Valadez. No dio juego en varas, cambiando el tercio con un solo y leve puyazo el joven. Intermitente fue la faena del azteca, que comenzó con torería pero luego debió sobreponerse a la condición suelta del de Torrestrella. Con la ayuda de los subalternos consiguió hacerse con un animal para compactar tandas en las que precisamente la intermitencia fue la tónica. Emotividad pero falta de fijeza mostró un animal al que, tras el epílogo por manoletinas, finiquitó Valadez de media estocada de la que se echó antes de cuadrarlo para el descabello. Silencio.

"Caramelo" llevaba por nombre el tercero de Torrestrella, número 71, novillo del debut del aragonés Jorge Isiegas en el coso de La Sagra. El maño saludó al animal entrgandose de capa, recibiendo con una larga de rodillas y, ya erguido, gustándose en verónicas a pies juntos. Firmeza tras el tercio de varas demostró Isiegas, que quitó al de Torrestrella por saltilleras pasándose cerquísima los pitones. Muy decidido tras el brindis, impactó su inicio de faena por cambiados por la espalda sin inmutarse. Novillo noble que mantuvo la fijeza, supo acoplarse el joven a lo que le pedía un animal que metía la cara abajo si se le hacían las cosas bien. Aunque fue a menos la condición del enemigo, le aguantó los parones Isiegas para finiquitar faena por circulares. De frente y al natural le planteó el toreo antes de matar de media estocada tendida que requirió de golpe de verduguillo justo cuando sonaba un recado presidencial. Se enfrió todo. Vuelta tras aviso.


Un tío era el cuarto, de El Ventorrillo, novillo al que Pablo Aguado le echó el capote decidido a la verónica y ahora sí logró sacar compases gustosos que gustaron en el tendido. El animal sacó fondo en un largo tercio de varas en el que el piquero aguantó lo suyo y fue finalmente ovacionado en su retirada. Tuvo motor y humillación el jabonero en la muleta de un Aguado que se lo llevó a los medios directamente para explotarlo por el pitón derecho en varias tandas de plena personalidad pero sin terminar de apretar por abajo ni entregarse a la excelente condición del astado. Novillo con duración al que exprimió el joven, más intermitente al natural, para terminar por soplárselos por bajo y convencer al tendido, que se puso a la par de parte animal y novillero. Metió la espada tras pinchazo y dio la vuelta al ruedo tras aviso y petición no atendida por el palco. 


"Frutero", número 72, llevaba por nombre el quinto del encierro, segundo del lote de Valadez, al que el mexicano no logró encelar a la verónica de salida. Le bajó la mano, tras el tercio de varas de Óscar Bernal, en el quite por zapopinas. Al público fue el brindis de Valadez de una labor también intermitente en la que el novillo tuvo potabilidad el mexicano acompañó la embestida por ambas manos sin terminar de crujir al de Torrestrella. Se enroscó en tandas sin terminar de conectar con un tendido que pidió, tras estocada efectiva, la oreja levemente. Ovación.


"Rector", número 13, era el sexto del encierro, al que Jorge Isiegas no pudo encelar de salida a la verónica a sones de la jota por su condición suelta. Con la cara alta y entre cabezazos embistió el de Torrestrella en el peto, en el contexto de una desordenada lidia. En faena, de uno en uno se los debió pegar Isiegas a un animal que fue amparándose paulatinamente. Animal con teclas al que basó su faena al natural el maño, sacándole compases también aislados en el epílogo. Silencio tras dos avisos.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de “La Sagra”, Villaseca de la Sagra, Toledo. Primera del Alfarero de Oro. Novillada con picadores. Más de media plaza en los tendidos.

Novillos de Torrestrella y uno de El Ventorrillo. De alegre arrancada pero desclasado viaje el abreplaza; suelto el escurrido segundo, alegre pero sin fijeza; de noble condición la del tercero; de humillado tranco y repetidor el del cuarto de El Ventorrillo; noble y humillador un quinto a menos; A menos el apagado sexto.

Pablo Aguado, silencio tras aviso y vuelta al ruedo.

Leo Valadez, silencio y ovación.

Jorge Isiegas, vuelta al ruedo tras aviso y silencio tras dos avisos.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.