Cinqueño y con 556 kilos era el sexto, segundo toro del lote de Galdós, que salió echando las manos por delante. Casi al relance entró al caballo de Romualdo Almodóvar, que lo señaló solamente en la primera vara. Al rey fue el brindis del torero peruano, que no pudo ejecutarle una faena lucida debido a la condición a menos, aplomadísimo totalmente en el epílogo. No alargó faena el peruano. Tuvo problemas para enterrar el acero. Silencio.
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