El Cid: " ​Ha sido una de las tardes más importantes en Sevilla"

" Ha sido una de las tardes más importantes en Sevilla"

" Tengo mucha ilusión por la corrida y por la feria de San Jorge; es una plaza que siempre se me ha dado muy bien"

Entrevista por Pedro Javier Cáceres 

Dentro de las emociones que estamos viviendo en La Divisa con Manuel Escribano y Esaú Fernández. Ahora hablamos con Manuel Jesús “ El Cid” tras cortar una oreja en Sevilla a un toro de La Quinta.

Como dicen Los Serrano: se ha enamorado Sevilla de un torero de Salteras, aunque pasen los años.

Echamos una tarde muy bonita y emocionante, me encontré muy bien, la verdad. Me lo reconocieron y ha sido una de las tardes más bonitas e importantes en Sevilla.

De principio a fin.

Desde con el capote, y también en el segundo toro, sin ser tan potable como el primero, pero le faltó empuje. Creo que estuve a buena altura y pegué un pinchazo. Si no le hubiera cortado una oreja, seguro.

Como en los mejores tiempos, presión tendrías, pero no se notaba.

Me dicen por la calle que toreo sin presión, pero claro que tengo presión, igual que el que está empezando, pero la gestión es distinta. No es lo mismo porque te obligan a estar con el pie a fondo y ahora ves el toreo desde otro punto de vista. Además, la madurez te da un grado, y te quita algunas cosas y te da otras. Ahora mismo estoy como cuando empezaba. La ilusión es de un chaval, y lo último que miras es que tienes 50 años, y físicamente estoy bien porque he vivido por y para el toro. Y ahora con 50 años tengo otras virtudes que, a lo mejor, otro con 20 no tiene.

Además, tu hijo lo está viendo.

A él le gusta cómo vivimos los toreros, a quien no le gusta vivir en torero…Lo malo es la media cuando te pones el traje de luces. Por lo demás, extraordinario. Y, en esa media hora, si sale la cosa bien, es muy bonito y si no sale, es ingrato.  Él no quiere ser torero, pero sí le he intentado inculcar la educación taurina y se relacione con la gente del toro, y sepa en el mundo donde se mueve su padre, porque es un mundo muy bonito, puro y marca unos valores muy buenos. A mí, por lo menos, me lo han hecho y estoy intentando inculcarle tanto a él como a Rodrigo. Manuel se vine conmigo, pero lo primero son los estudios.  

Se te ha identificado con los Victorino, y el otro día matas la de Conradi, ¿qué diferencias has notado?

Es similar, pero Victorino tiene una embestida un poco más agresiva, el Santa Coloma es más dormida. A lo mejor le falta un poquito más de humillación. El toro de Santa Coloma es muy bueno, y al faltar ese puntito de humillación, se ralentiza mucho más en esa media altura que el de Victorino. Y cuando sale uno de Saltillo, cuando se ralentiza, humilla y la transmisión es total. Tienes que emplearte muchísimo más con el Victorino. Hay matices muy parecidos, pero al fin y al cabo cada ganadero le pone su personalidad. Y te tienes que acoplar a las dos embestidas, viniendo de lo mismo casi.

Tuviste generosidad con el animal. Siempre la has tenido con los de cuatro y dos patas.

Es mi condición. A lo mejor tengo un punto, cuando me enfado, agresivo, pero es como fuera de tono. Y el otro día me salió un poquito, después de hacer un esfuerzo, toda la plaza pide la segunda oreja con muchísima fuerza…Y el único que no vio la plaza llena de blanco fue el presidente. Eso es lo que más me duele. Después, ya en frío, pues te da igual. Lo han visto por televisión y saben cómo lo he cuajado. El único que se echa tierra encima es él, porque la gente tiene que salir contenta y paga 200 € por una entrada y le gusta ver que los toreros triunfen. Lo peor de todo esto es cuando una corrida no embiste y te sigues gastando los 200 €. Y llegará el momento que no se los gasten.

El público es soberano.

Por eso tenemos que empujar o remar hacia la misma dirección. Ante la duda, tienes que dar el trofeo. Si te fijas en opiniones terceras, apaga y vámonos. Entonces que Pepelu no hubiera indultado toros, dado vueltas al ruedo… ¿lo criticarán? Pues sí, pero hay que tener personalidad y saber qué es lo que está bien y lo que está mal. Y cuando tengo que sacar los pañuelos del tirón, los saco. Y el público premia o quita, porque paga y mantiene a todos nosotros. Y es el único que tiene derecho a decir sí o no. Y claro que aplaudo al toro. ¿Qué es de vuelta al ruedo? Si él creyó oportuno darle la vuelta al toro, me parece muy bien. Pero me hubiese ganado las dos orejas porque las tenía. Si tú te fijas que la espada ha quedado dos milímetros un poco caída… si nos ponemos en ese baremo, cuántas orejas se han dado con peores espadazos que el mío.

Te he visto en el callejón en la feria.

He ido tres o cuatro veces, y cuando termina, salgo rápido.

¿Pasaste miedo en la de Miura?

Sí, es de las corridas más duras que he visto en Sevilla, para los toreros es muy exigente porque te piden mucha concentración. Pero, todos los años ha habido un par de toros que se han dejado medio torear. Quitando el primer toro de Manuel, que medio se dejó sin humillar, y estuvo muy bien. Le cogió muy bien la altura y las distancias y lo entendió muy bien. Pero no lo mató.

Salió dura.

Muy duros y exigentes. Los toreros estuvieron muy bien. Y pasó lo mismo con El Fandi. Hizo un gran esfuerzo con capote, muleta y espada. Además, hizo la lidia que pedía el toro con lo grande que era. Y la estocada que le pegó vale una oreja. Cuando la gente pide la primera oreja, la tiene que dar si hay mayoría. Te guste o no. El presidente le robó la oreja. Todavía no he visto un presidente que él haya creído que el torero merezca las dos orejas y se las haya dado sin pedirla la gente…

Y encima quiso ser torero.

Eso es otra cosa. Él podría saber o debería lo que un torero pasa. Pero no es lo mismo pegarle diez muletazos a una becerra en el campo de cachondeo que ponerte delante de un toro en Sevilla ni en Madrid. Porque mucho que des muletazos, no sabes la presión que hay.

Ahora Zaragoza.

Me hace ilusión la corrida. Es una plaza que se me ha dado muy bien y , Dios quiera, hay toros muy en Santa Coloma. El cartel es muy bonito con Borja Jiménez y Clemente, que tiene un concepto muy bueno.