Roca Rey, dos orejas; una Talavante y Urdiales en el arranque de Vitoria

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ITZIAR VIANA / CULTORO.COM


Una corrida de toros de Jandilla abría, esta tarde, la primera de la Feria de la Virgen Blanca de Vitoria, en la que hacían el paseíllo Diego Urdiales, Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey. A las seis en punto arrancaba el paseíllo.


Gusto, torería y estética dejó en el primero de la tarde Diego Urdiales frente al abreplaza. Destacaron grandes tandas de naturales y derechazos ligados del torero riojano. Cortó una oreja al animal tras una faena llena de clase con un toro noble pero justo de fuerza que se fue apagando durante el trasteo. La porfía del arnedano hizo arrancarle un despojo al animal.


Con el segundo de la tarde, Talavante dejó verónicas muy encajadas, gustándose, sacándoselo muy despacio hacia el centro del anillo. Fue administrando muy bien las fuerzas de un animal al que no le sentaron bien las banderillas, por lo que con suavidad fue sacando expresión en el inicio muleteril. Encajado Talavante por ambas manos, logró hacerse con la condición del de Jandilla gracias a su enorme y maduro momento. Muy inspirado también en el epílogo el extremeño, sacó lo mejor del animal para meterle la espada y cortarle la oreja.


Tremendo valor sonsacó Roca Rey ante el tercero, un toro al que se tuvo que sobreponer por los dos volteretones que se propinó al probar la seda y también al dolerse de los garapullos. Comenzó en los medios para cambiárselo por la espalda en muletazos ajustadísimos. Se ciñó en las siguientes tandas y conectó rápidamente con el tendido. Fue una faena de altibajos por la falta de fuelle del astado. Cortó una oreja con petición de la segunda tras dejar estocada.


Complicado fue el cuarto para Diego Urdiales, que desde los compases de salida evidenció querencia a tablas y falta de fijeza en su capote. En banderillas, el riojano optó por castigarlo con dos pares dada la falta de fuerza que mostraba. Brindó a un amigo de Logroño para intentarlo por activa y pasiva con un animal falto de fuerza y que no quería pelea en la muleta. Consiguió pasajes templados, administrándole los tiempos, pero un animal venido abajo no le dio opción de lucimiento. Con media estocada finiquitó al toro. Muy dispuesto siempre, recogió una ovación.


Devuelto fue el quinto para que saliese en su lugar otro toro del hierro titular que, sin embargo, no tuvo empuje ni raza para embestir en las telas de Alejandro Talavante. Voluntarioso también el extremeño con el soso animal. Falló, además, con el acero, y escuchó silencio.


Roca Rey comenzó impresionando al tendido en el sexto con un quite lleno de compromiso, quietud y cercanía, muy en la línea del concepto del peruano. Con estatuarios inició Roca Rey la faena de muleta, apostando desde el principio ante el enfervorizado tendido. El valor, la torería y la entrega de Andrés fueron las que enamoraron al coso de Iradier, que pidió con insistencia la segunda oreja y abroncó al presidente por no concederla.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Vitoria. Coso de Iradier. Primera de la Feria de la Blanca. Corrida de toros.

Seis toros de Jandilla.

Diego Urdiales, oreja y ovación.

Alejandro Talavante, oreja y silencio.

Andrés Roca Rey, oreja y oreja.

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