Rosana Galán: "yo de mayor quería ser médico de caballos y de animales"

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Rosana Galán: "yo de mayor quería ser médico de caballos y de animales"


La verdad es que para mí es un privilegio haber podido crecer en torno a la naturaleza y rodeada de animales, poder desarrollar lo que es la vida misma y tener lo que a día de hoy es , la profesión que considero  más bonita del mundo.


Los momentos previos a la corrida sí que es cierto que en los inicios era todo como mucho más bonito, eres más inconsciente de la realidad, de la responsabilidad y ya según van pasando los años, pues bueno, yo personalmente lo vivo muy tenso, muy muy centrada en los caballos.



Desde pequeñita a los exámenes iba llena de vírgenes y de Cristos. Me han acompañado, son como amuletos. Es un modo de  agarrarte a algo y de pensar en los caballos,  igual que los toreros pasan por la capilla antes de hacer el paseíllo, porque los caballos ¿no? Entonces  a cada caballo le hago como un rezo y luego a mi primo también, antes de que salga a torear.


LA ENTREVISTA DE ROSI FERNÁNDEZ


Desde pequeñita le gustaban los animales. Fue creciendo y decidió ser veterinaria. Amante del toro bravo y sobre todo del caballo entrevistamos a Rosana Galán Rodríguez.


Prima del conocidísimo rejoneador Sergio Galán. Desde pequeña por tu abuelo pudiste vivir de cerca entre animales y sobre todo de caballos. ¿Cómo fue tu niñez, que nos puedes contar de esos años? ¿Cómo los viviste junto a tu abuelo y también junto a tu primo?


Bueno, pues la verdad es que la infancia de una niña  un poquito atípica ¿no? Lo que es fuera de la ciudad, muy metida en el campo, rodeada de  caballos, de animales, de mi familia y pudiendo disfrutar de la naturaleza que es lo que me apasiona desde pequeñita.


Diferente como dices e  inusual ¿pero a la vez bonita porque a ti te ha dado la vida?


Pues sí. La verdad es que para mí es un privilegio haber podido crecer en torno a la naturaleza, rodeada de animales y  poder desarrollar lo que es la vida misma y tener lo que a día de hoy es mi profesión que considero  que es la más bonita del mundo.


¿Ayudabas a tu primo desde muy chiquitica y más tarde también? Cuéntanos.


Pues sí, mira en los inicios de mi primo yo era muy chiquitita, tendría unos nueve años, y  por el miedo que yo pasaba en los tendidos mi madre  un día me dice bájate con los caballos que seguro que vas a estar más entretenida y vas a estar más tranquila. Y así fue. Comencé ayudando todo lo que podía dentro de la edad que tenía y  de las precauciones que tomaban toda la gente que trabaja con mi primo de toda la vida. Y bueno, hasta el día de hoy que tengo ya 36 años,  siempre pegada a los caballos, cuidando de ellos, mimándolos mucho y muy cerquita de mi primo por supuesto para darle mucho apoyo y mucha confianza en cada una de sus tardes.


¿Qué es lo que más te gustaba, que labores y sobre todo,  te gustaba ir en el camión con los caballos?


Sí, así es, quieras o no el mundo taurino como todos sabemos es una temporada larga que  yo aprovechaba que aprobaba en el cole los exámenes para en vez de irme a la playa pues montarme en el camión e irme con los caballos a todos los sitios donde toreaba a mi primo. Entonces durante el día  estaba con ellos haciendo de todo, cuidándoles, dándoles agua, poniendo las monturas, peinándolos, haciendo las trenzas, poniéndole los lazos. En fin, un poquito lo que  toda la gente ve cuando se sube a los tendidos adornando todo aquello para que quede muy bonito. Y luego, por las noches, cuando me montaba en el camión, pues había que sacar fuerzas. Sí, estábamos, por ejemplo, cuando se empezaba la feria de  Valencia, que era marzo, yo seguía teniendo clases, exámenes, pues aprovechaba cuando me subía al camión por las noches, pues para ir estudiando.


¿Hay gente que le parece  que poner los caballos tan bonitos es fácil, pero el trenzar, las diferentes trenzas, el poner los lazos es difícil, verdad Rosana?


Pues sí, la verdad que  es un trabajo sacrificado porque vives, convives día a día, minuto a minuto, segundo a segundo con los caballos, ya no solo para ponerlos bonitos, sino también con la responsabilidad que conlleva lo que  es que se pongan delante de un toro y las cosas que pueden  pasar lógicamente. Les llegas a querer como a una persona. Y bueno, sí que es cierto que es un trabajo que está muy escondido, que no está al alcance de la visión del aficionado y la verdad es que es un mundo por descubrir muy muy bonito, pero a la vez muy duro.


¿Y cómo vivías esos momentos previos a la corrida?


Bueno, pues esos momentos previos a la corrida sí que es cierto que los inicios era todo como mucho más bonito, eres más inconsciente de la realidad, de la responsabilidad y ya según van pasando los años, pues bueno, yo personalmente lo vivo muy tenso, muy muy cerrada en los caballos, muy cerrada en mí misma, con mucho miedo. Y el intentar disfrutar sobre todo al máximo de  cada minuto al lado de los caballos que para mí son el motor de mi vida.


¿Tengo entendido además que eres muy creyente y pasabas las estampas a los caballos, todas las vírgenes y los santos para desear  que todo fuese bien?


Sí, así es, siempre desde pequeñita e igual que a los exámenes iba llena de vírgenes y de cristos. Pues me han acompañado, son como amuletos. No son amuletos  porque aquí la suerte  normalmente se suele decir la suerte es la que cada uno se busca porque en este caso son muchas las circunstancias que se tienen que dar para que surja esa suerte. Es un modo de  agarrarte a algo y de pensar en los caballos, que igual que los toreros pasan por la capilla antes de hacer el paseíllo, ¿porque los caballos no  van a poder hacerlo? Entonces  siempre los  llevo conmigo, a cada caballo les hago como un rezo y luego a mi primo también, antes de que salga a torear  le paso lo que son todas las vírgenes y todos los cristos  que me acompañan.


Es dura y difícil la profesión de torero, de rejoneador. Pero como hemos hablado, también la de moza de cuadras, muchos kilómetros, triunfos, también sinsabores. Seguro que tienes cientos de anécdotas. ¿Nos cuentas una que te venga a la cabeza?


Bueno, pues anécdotas  como todas las cuadrillas, porque cuando te montas en el camión hay muchas buenas y no tan buenas. Pero bueno, una que se me venga a la cabeza, puede ser en Pamplona, con un caballo que se llama Amuleto, que lo sigue teniendo mi primo, con lo que para los toros, un caballo muy relajado, muy tranquilo. Y el primer año que fuimos a Pamplona y que venía el caballo, pues estaba dormidito tan tranquilo atado en el camión y de pronto se oye un cohete  y ese caballo se  puso de manos y echó a galopar por todo Pamplona.  Bueno, anécdotas de esas muchas  porque los caballos son animales, son imprevisibles  como las personas. Cada caballo tiene su historia, tiene sus cosas, anécdotas, muchísimas anécdotas.


Y todo ello, como hemos dicho al principio, es por lo que tomas la decisión de estudiar y ejercer hoy en día la profesión de veterinaria. ¿Cuéntanos un poquito como elegiste la carrera  siempre vinculada a los caballos, además has hecho investigación sobre ellos, sobre los caballos también de picar y el toro de lidia?


Sí, bueno, desde pequeña en casa siempre me dicen que mi comentario era que yo de mayor quería ser médico de caballos y de animales y así es. Yo pienso que la carrera de Veterinaria es muy de vocación y un veterinario nace  igual que el torero no se hace porque es una profesión no solamente de estudio, de muchas horas, de mucha constancia, es muy sacrificado a la vez que muy bonito, pero bueno,  con mucho trabajo,  con muchas horas de estudio tuve la capacidad igual que otros muchos compañeros de poder ser licenciada en Veterinaria, que para mí es un orgullo. 

Y bueno, dentro de lo que es la responsabilidad de que también tienes unos pacientes, que hay situaciones extremas pues  siempre mi lucha interior ha sido en mentalizarme y en no tener fracasos como profesional,  en este caso igual que los médicos es un poquito la psicología que el veterinario tiene que trabajar día a día porque también hay fracasos, no todos son pacientes que  van bien. 

Estudié en Cáceres, estuve cinco años ahí estudiando y luego me hice un máster de investigación para poder acceder a lo que lo que era la tesis doctoral que yo siempre tenía en mi cabeza, hacer una tesis doctoral en los caballos de rejones dentro de lo que es una carrera universitaria. Yo me fijaba y veía que   había muchos estudios de investigación realizados en caballos de salto,  de polo, pero de caballos de rejones no había nada. 

Entonces uno de mis objetivos fue marcarme el intentar estudiar un  poquito esos  caballos, porque son especiales. Y bueno, pues gracias a Dios encontré una persona en mi camino como es Marta Elena Alonso, profesora de la Universidad de León, que me dio la oportunidad de  poder doctorarme en los caballos de rejones y hacer un estudio muy riguroso, muy estricto de  estos animales. 

La verdad que para mí es una satisfacción personal, como dicen en el mundo taurino. Ya más adelante comencé a dar clases en la Universidad de Valencia de Veterinaria como profesora adjunta, he podido  seguir avanzando en ese estudio de investigación, ampliándolo en los caballos de picar y el toro de lidia,  un animal mucho más estudiado por las polémicas  que siempre  hemos sufrido los taurinos del sufrimiento animal y bueno,  la verdad es que contentos y metidos en seguir  investigar y aportar un poquito a lo que es la investigación y a la gente joven del mundo taurino.


 Rosana muchísimas gracias. Que sigas con esa afición y pasión por los animales, por los caballos y el toro bravo.



Gracias a vosotros siempre  y enhorabuena por el trabajo que hacéis Rosi.

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