Daniel Medina: " Madrid ​te puede cambiar la vida en solo 20 minutos"

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" Madrid te puede cambiar la vida en solo 20 minutos"


" Lógicamente no es lo mismo torear en una plaza como es Saint Perdon que Madrid, pero tienes que hacer lo mismo"


Entrevista por Alejandro Martín Carabias


Este domingo en Las Ventas hará su presentación en la Plaza de Toros de Madrid el novillero vallisoletano Daniel Medina, a escasas 48 horas de ese compromiso tan importante hablamos con él.


¿Cómo está el cuerpo ahora mismo, torero?


Pues está bien. Está muy ilusionado. Tengo muchas ganas porque es un finde completo, ya que empiezo la temporada en Saint Perdon. Lo estoy afrontando bastante bien y ojalá, Dios, quiera que salgan las cosas bien tanto en Francia como en Madrid.


¿ Se administran los esfuerzos , por decirlo de alguna manera, en Francia teniendo Las Ventas?  


Las ganas son las mismas ya que somos toreros y vivimos día a día. Lógicamente no es lo mismo torear en una plaza como es Saint Perdon que Madrid, pero tienes que hacer lo mismo, al final eres torero y tienes que torear. Pero a nivel psicológico pesa mucho más una novillada en Madrid, y la que te puede cambiar la vida en solo 20 minutos que dura una faena.


¿Cómo ha sido la preparación en el campo?


Ha sido más corta que otros años, ya que se ha visto reducida el número de vacas por la pandemia, aunque bastante intensa, todos los días me ha servido para evolucionar e intentar plasmar lo que siento.


¿Ha tentado la ganadería de Brazuelas este invierno?


Con Jesús, el ganadero, me une una gran amistad y es como si fuera familia, aunque no lo seamos. He tenido la suerte de poder ir bastante. Me ha aportado mucho ir conociendo la ganadería poco a poco.


¿Ha visto la novillada?


Estuve en septiembre allí tentando y me enseñó la novillada. Me dijo: “si Dios quiere en un futuro irá a Madrid”. Y yo lo dije pues ojalá la mate…y también en enero, es una novillada que me gusta mucho. Sobre el papel y las hechuras, tiene bastantes papeletas de embestir algún novillo.


Después de la temporada anterior, se ha quedado fuera de las principales ferias menos Madrid, ¿cómo lo ha llevado?


Al principio te llevas un poco de decepción, pero son cosas del toreo. Mientras unos las torean, otros se quedan fuera y eso va a seguir siendo así siempre. Al final, las novilladas se han reducido bastante, hay pocas novilladas. Y me sirve de motivación para algún día, bien sea de novillero o ya de matador de toros, poder pisar esas plazas y cuando las pise, dejar mi huella.


En las ferias de novilladas sí que debería de entrar.


Me gustaría poder torear en esas ferias de novilladas, porque tienen mucha relevancia en el escaparate taurino y hacen un trabajo enormemente difícil y con muchísima pasión. Le ponen mucho empeño. Desde desde que termina una feria ya empiezan a pensar en la siguiente. Tampoco sé todavía si voy a llegar siendo novillero o ya matador de toros, pero como no tengo prisa, el futuro dirá.


¿Cómo tienen enfocado la mentalidad del aire en Las Ventas?


Pues bien, desde que supimos que íbamos a Madrid, nos pusimos a entrenar bastantes días afuera. Te tienes que adaptar y tener dominados los trastos, bien sea la muleta o el capote. Toquemos madera, que el día quede bueno. Las ganas son las mismas, lógicamente si no hace aire, te ayuda más a hacer el toreo como uno siente y con más limpieza.


¿Cómo lleva dormir en el coche de cuadrillas? Lo digo porque va a tener un trayecto un poquito largo desde Francia hasta Madrid.


Un torero antiguo dijo que: “para ser torero te tienes que saber subir y bajar de los trenes en marcha y dormir en los coches”. Pues, mira, la verdad que no lo llevo nada mal. Gracias a Dios la furgoneta que alquilamos tiene cama implementada y ayuda bastante a los descansos en estos viajes tan largos y lo llevo bien, bien sea en un coche o la furgoneta. Tengo fácil sueño. Pero es bastante complicado dormir por la tensión y más desde Francia, de haber terminado una novillada y pensar en la siguiente se va a hacer un poquito más complicado coger el sueño, pero seguro que lo cojo.


En ese trayecto, habrá momentos buenos y malos, pero sobre todo la ilusión de ir a Madrid.


Somos tan inocentes de pequeños que antes de coger una muleta y ponernos delante de una vaca decimos: “yo quiero torear aquí”. Habrán pasado ocho o nueve años desde que lo dije y es uno de mis sueños poder torear en Madrid. Y ojalá salgan las cosas como uno entrena y sueña.

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