Luque, oreja entre el diluvio en el arranque de los "sanignacios" de Azpeitia

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CONCHITA LEDESMA / CULTORO.COM

 

Juan Bautista, Daniel Luque y Borja Jiménez eran los encargados, este sábado, de abrir la Feria taurina de San Ignacio en la localidad guipuzcoana de Azpeitia. En el cartel se anunciaba un encierro santacolomeño de Ana Romero.


"Ruleta", de Ana Romero, abrió la tarde. Juan Bautista lo recibió templado y con cadencia a la verónica. El toro, bien presentado, acusó una voltereta al salir del caballo y protestó en la primera tanda del francés. Técnico, Juan Bautista lo afianzó y logró, especialmente a natural, muletazos largos y de buen trazo. Mató de estocada pero el desacierto con el verduguillo le impidió tocar pelo. Silencio tras aviso.


Por nombre llevaba el segundo "Clarinoso", luciendo en romana 515 kilos. A Daniel Luque le tocó bailar bajo el diluvio con un torero que no se dejó un solo pase dentro de un trasteo que aplaudió el osado (o techado) que no había de sujetar paraguas. Una estocada algo trasera pasaportó al santacolomeño, aplaudido en el arrastre, y fue la rúbrica de una faena premiada con una oreja.


Ni todas las tormentas del Cantábrico juntas habrían impedido a Borja Jiménez debutar en Azpeitia. El sevillano lo hizo con "Cateto", de 505 kg, otro toro noble con el que Jiménez anduvo con ganas y buenas maneras, especialmente en una tanda en redondo muy jaleada. Un metisaca, un pinchazo, media y un descabello pusieron fin a una labor ovacionada.


El buen momento de Juan Bautista no admite discusión. Con el cuarto de Ana Romero, Malva (515 kg), noble como sus hermanos, midió con escuadra y cartabón distancias y alturas y dibujó con compás largos redondos. Y quiso medir más al toro en banderillas, pues pidió el cambio de tercio con tres palos en el lomo del cárdeno, pero anduvo la presidenta recta para torcer el gesto del matador y la cuadrilla. Suerte que Rafael González bordó la lidia y ahorró capotazos. Sonó un aviso antes de que Bautista se perfilase y pinchase arriba recibiendo (por dos veces). Y luego, revival de la muerte del primero: otro pinchazo, otro aviso, cinco descabellos y una puerta grande de menos en la estadística.


Para cuando salió el quinto, "Marismeño" (530 kg), el ruedo era ya una piscina de barro. Tanto, que a la salida del caballo (duro le dio el piquero) el toro perdió las manos y le costó sacar el pitón del suelo. Y luego se orientó, salió de las telas siempre con la cara alta y a trompicones y le hizo pasar algún que otro apuro a Daniel Luque, que se despidió del gris con un bajonazo y un golpe de verduguillo. Ovación.


"Fragata" llevaba por nombre el cierraplaza, de 535 kilos, y a fe que no habría venido mal un barquito de no ser porque aún no se ha inventado el toreo acuático. Pero Borja Jiménez toreó sobre las aguas como si tal cosa y cuajó a un toro que, sin tener mala condición, salió de cada muletazo con los pitones por encima del estaquillador. De nuevo la espada, esta vez con dos pinchazos, media y tres descabellos, hicieron naufragar la cosa. Vuelta al ruedo.


FICHA DEL FESTEJO


Plaza de toros de Azpeitia, Guipúzcoa. Primera de la Feria de San Ignacio. Corrida de toros.


Seis toros de Ana Romero.

Juan Bautista, silencio tras aviso y ovación tras dos avisos.

Daniel Luque, oreja y ovación.

Borja Jiménez, ovación y vuelta al ruedo. 

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