Perera y Roca Rey, a hombros en el final de Feria en Burgos

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EMILIO MÉNDEZ


Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Andrés Roca Rey cerraban, este miércoles día del Patrón, la Feria de San Pedro y San Pablo en Burgos. La materia prima en el Coliseum llevaba el hierro de El Puerto de San Lorenzo, un variado encierro que dejó dos grandes toros para que saliesen extremeño y peruano a hombros; no anduvo fino un Sebastián Castella que no termina de encontrarse este año.



El primero fue un toro incierto de salida, basto, al que poco le pudo hacer de capa Sebastián Castella. Empujó fuerte en el caballo, derribando al piquero. Con la muleta mostró arreones, complicaciones con la cabeza arriba. El francés por momentos dejó muletazos aislados, pero el toro terminaba enganchando la muleta. Mató de estocada tendida y fue silenciado.


Miguel Ángel Perera cortó dos orejas con fuerza al primero de su lote, un toro con calidad y clase al que toreó bien de capa por delantales en los medios. El toro cumplió en el peto y, muleta en mano, se fue a los medios para brindarle al respetable y comenzar con péndulos su labor. Fue una faena muy en su estilo, bajando la mano con muletazos largos por ambos lados. Fueron convenciendo al público, para meter la espada en buen sitio y pasear el doble trofeo entre las palmas de los burgaleses al buen toro en el arrastre.


Roca Rey se encontró ante un buen y bravo tercero de El Puerto de San Lorenzo al que recibió a la verónica. Hizo un gran quite por tafalleras, totalmente hierático. En el tercio inició labor por estatuarios para de repente dar un cambiado por la espalda. Muy cerca se pasó al toro. Fue una faena muy en su concepto, bajándole la mano por ambos lados, cambiándose al animal por la espalda. Tras dos arrucinas, falló con la espada en varias ocasiones para escuchar palmas finales.


El cuarto fue un toro incierto, descastado, que se le complicó a Castella. Lo intentó de capote en un quite variado por chicuelinas y tafalleras. Con la muleta, brindó al respetable en los medios, doblándose, pero el toro fue a menos, perdiendo incluso las manos en dos ocasiones. Le costó trabajo que se acolasen toro y torero. Metió la espada a la segunda y todo quedó en palmas.


Perera le cortó una oreja al quinto, un toro noblón, sin transmisión, que tenía calidad y le permitió al torero extremeño permaneciendo encima de su oponente. Le cuajó muletazos buenos por ambos lados, para finalmente matar de buena estocada y obtener el apéndice.


Roca Rey le cortó dos orejas al sexto, con el que estuvo rotundo ante un toro con calidad y retazos bravos. Lució toreando de capa de salida al animal para que llegase un quite por gaoneras para, posteriormente, también hacerle otro quite por navarras al animal. Inició su labor muleteril de rodillas, en un momento hizo el toro por él, afortunadamente sin consecuencias mayores. Muletazos largos, cambiados por la espalda, profundidad en el trazo y conexión en el tendido propiciaron que la plaza quedase de su lado. Tras un epílogo en el que las manoletinas de espanto precedieron el estoconazo, se le concedieron dos orejas incluso pidiéndose el rabo.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Burgos. Quinta y última de la Feria de San Pedro y San Pablo. Corrida de toros.

Seis toros de El Puerto de San Lorenzo.

Sebastián Castella, silencio y silencio.

Miguel Ángel Perera, dos orejas y oreja.

Andrés Roca Rey, palmas y dos orejas. 

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