Rafaelillo, tras la faena al primero, comentó a los micrófonos de Canal Plus Toros que "por el pitón derecho ni te podías poner, por el lado izquierdo reponía mucho y hasta que no le cogías el aire le costaba. Era un toro que había que apostar por él, la pena que no lo he matado porque era de triunfo fuerte. Era un toro encastado, exigía mucha entrega, pero me he podido encajar”.
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