​Fernando Adrián deja en “porretas” al sistema

EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DVISA DEL LUNES 4 DE SEPTIEMBRE

PEDRO J. CÁCERES

Fernando Adrián deja en “porretas” al sistema

Y cuando hablo del sistema no me refiero exclusivamente a los empresarios, que también, por supuesto, y sálvese el que pueda.

Por si las lumbreras taurinas no le dieron importancia a dos Puertas Grandes consecutivas, en sus dos actuaciones (San Isidro y Beneficencia) en Madrid por entender que fue una casualidad y lo han tenido dos meses y medio sin darle un pitón (al máximo triunfador de la temporada en la 1ª plaza del mundo), el madrileño cortó en Arenas de San Pedro -70 días después, tras su segunda tarde venteña- 4 orejas y dos rabos (pues, vale, una plaza de tercera, al igual que Cuéllar 4 orejas)-, lo ha hecho en sus otras dos actuaciones, ahora en plaza de 2ª :Cuenca, 3 orejas y Palencia, 4 y un rabo simbólico mediante el indulto a un toro de Zacarías Moreno.

Más extraño, aún, es que no esté anunciado en la Feria de Otoño de ese Madrid que le sacó en volandas por la PG dos tardes, una tras otra. Todo tras la pretensión, trágala, de una contratación impropia a través de watsapp por la confección de la otoñada en época estival y ¡vacacional! Vivir para ver.

A todo ello, además del sistema se añade “el silencio de los corderos”. A buen entendedor…

El caso es inédito por sus triunfos continuados en Madrid. Pero en otro rango, o parecido (Escribano, Adame, etc) hay toreros muy válidos que están triunfando en diferentes plazas y no tienen, siquiera, la oportunidad de torear en una gran feria que les permita su lanzamiento al circuito con continuidad y ambiente. El vecino de El Puerto en su plaza, o el de Huelva, y para de contar, hasta el año que viene ante el paisanaje.

La retirada de “El Juli”, y muchas de las figuras, y medio figuras, cerca de los 20 años de alternativa, o más, y las intermitencias de Morante con sus lesiones, como las de Manzanares y Roca Rey, en espera de la reaparición de Luque y la recuperación de Perera, aconseja un empresariado con altura de miras y no con la miopía cortoplacista con la que está actuando, principalmente los de las grandes ferias y las llamadas “grandes casas taurina” (y alguna menos grande) que -sálvese el que pueda- en su doble condición de empresarios y apoderados proceden en la Fiesta como si fuera un mercadillo de trueques y triles, el clásico cambio de cromos.

Los triunfos de Madrid de Fernando Adrián y su posterior ostracismo, ya dejó al sistema con las vergüenzas al aire, ahora tras sus rotundos y contundentes éxitos, al sistema, le ha dejado en porretas. ¡Vamos! En pelota picá.