Compro, cambio, vendo. Son toreros, no cromos

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PJC

EDITORIAL PROGRAMA LA DIVISA DEL 8 DE MAYO 2023

PEDRO J. CÁCERES


Compro, cambio, vendo. Son toreros, no cromos.


La gran feria de Abril en Sevilla ha hecho historia y deja resaca para la historia de siempre: un sistema, un empresariado que, sálvese el que pueda, sigue anclado en el mercadeo, conchaveo y, en definitiva, la malversación de aquello que ocurre en el ruedo, máxima si es de primera, primerísima. Y además lo ha visto todo el mundo a través de la televisión.

Razón no le va a faltar a Madrid, por no esperar a Valencia ni Sevilla para, como titulamos en La Divisa, confeccionar una “feria sobresaliente con ausencia notables”.


Para que esperar, si los designios del “sistema”, no es que sean inescrutables, sino escleróticos e inamovibles. El habitual cambio de cromos entre los empresarios-apoderados y apoderados que dicen ir por libres, pero almacenan toreros a los que dan un trato discriminado según las circunstancias e intereses de unos y de otros.

Ha sido Sevilla una feria de mucho compromiso y mucha torearía…y mucho cuento, que al parecer cala en ese trasnochado sistema denunciado.


Una feria (Sevilla) que, como en las guerras, y esto del toro es una sucesión de batallas, ha habido triunfadores y vencidos (entre estos alguna figura y medias figuras pese a cortar algún trofeo, ha habido otros que ni eso, en una, dos tardes).

De los triunfadores, ya se ha escrito en ediciones anteriores de éste editorial, 4 han sido de Puerta del Príncipe. Todo en orden, pero ha habido dos toreros que la han acariciado :Manuel Escribano (en sus dos tardes, Victorino y Miura) y Ginés Marín -fuera a parte Luque y Emilio de Justo-.


Pues bien, se van conociendo en los últimos días carteles de ferias próximas de junio, julio y alguna madrugadora de agosto, incluso septiembre. En ninguna están estos dos toreros machos que han triunfado de forma rotunda en La Maestranza.

Valga, que no vale, que Escribano, absurdamente, está en un rol, encasillado, por capricho y conveniencia de los empresarios, de hierros complicados (llamémosle así) y que no en todas las ferias se anuncian estos, aunque en alguna – de estas que hemos conocido últimamente sí, por ejemplo, Victorino, del que Escribano tiene un indulto y dos “orejones” en Sevilla. Y, además le apodera José Luis Moreno “libre, libre quiero ser”. Ni siquiera vale la sangre derramada, a punto de perder la vida, en plazas que, al margen de triunfos sonoros, consecutivos, reciente y no tanto, lo ignoren, incluso en corridas del mal llamado su rango.


Valga, que no vale, que es un antisistema ¡bendito sea! Una explicación que no deja de ser escusa de mal pagador y pagadores.

Pero ¿Ginés Marín? Estilista, clásico, elegante, para llenar, que no rellenar, cualquier cartel con figuras y ganaderías en las que por su capacidad se ha acoplado. Apoderado por el maestro Curro Vázquez que, a su pesar, supongo, se ve impotente, como los empresarios prefieren a sus otros toreros, colocados sin ninguna dificultad.


Y, al igual que Escribano tras su ferión de Sevilla, no hay que volver a recordar el cornalón de Alicante y que anuncia una de Victorino, ¿de qué le ha servido a Ginés, con Sevilla a sus pies, hoy, que ayer se encerrara con 6 toros en Santander, triunfando (5 orejas) y siendo uno de los reclamos de la feria de Santiago 2022?


Y, esto, no ha hecho más que empezar. Atentos a todos los anuncios de próximos carteles de feria. No es un problema de tal o cual empresario, es sistémico y pandémico.

Ya lo dijo Romanones ¡joder qué tropa!




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