Ligó Curro con los talones y el morro del castaño siempre en el trapo, llegó al tendido y la media estocada bastó para cortarle una oreja.

Curro Díaz roza por Ramos la gloria de Madrid

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MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO


Curro Díaz, David Galván y la confirmación de alternativa del cordobés Juan Ortega era el cartel que ofrecía la primera plaza del mundo en su primera cita de la temporada. Madrid y la plaza de Las Ventas eran epicentro este Domingo de Ramos de una cita clave en la que el ganado de Gavira hacía acto de presencia como materia prima de la ocasión.


Corretón salió el primero, vareado, musculado y con las puntas al viento, de media humillación sin entrega en el capote de Juan Ortega. Abajo se fue al penco, con más fijeza que entrega, sin rehuir la pelea. Por dentro se vino un par de ocasiones por el pitón izquierdo, poniendo en apuros al confirmante. Asentado y con mucho sentido de la lidia fue el trasteo de Ortega, que supo darle pausa, firmeza y largura a la medianía informal del toro. Un pinchazo y una estocada dejaron el premio en ovación.


Más toro era el segundo de Gavira, y más humillación demostró en el percal que manejó Curro Díaz con más soltura que brillantez hasta que llegó la media, esa sí, espléndida. Mucho rato estuvo el toro en el jaco, pese a que no fue duro el castigo de la vara. Muy flojo el animal, claudicó en el quite por chicuelinas de Galván y se fue para atrás. De Torrealba era el sobrero, precioso de hechura y rematado el castaño, que no auguró boyantía en la fuerza ni le dio ritmo Curro en el saludo. A la puerta se fue a dejarse pegar en varas para luego quedarse parado y mansurrón. Aún así dejó Galván que se le rebozase muy cerca en el quite por chicuelinas. Muy buena fue la brega de Óscar Castellanos y también el último par de Daniel Oliver. Fue fulgurante el inicio, tras un trincherazo muy por dentro que hizo comprender a Curro que había que empujarla la nobleza al toro. Y ganó cuando lo hizo, porque le dejó su buen tranco para rebozarse en la tela, para seguirla con ritmo y hasta con entrega en algún natural que no podía mantenerse para que no midiese la arena. Ligó Curro con los talones y el morro del castaño siempre en el trapo, llegó al tendido y la media estocada bastó para cortarle una oreja.


Manseó de salida el tercero, de fea encornadura pero astifino cómo una aguja, desentendido de capotes y huyendo de los caballos. También huyó en banderillas, y costó mantenerlo en el percal de brega. A los medios se fue David a esperarlo con el cambiado y no estaba el toro para esos dispendios. Se arrancó recto el animal atravesándole el gemelo de parte a parte. Ni se miró Galván, que le echó la muleta diestra, se lo trajo a regañadientes y se metió en el sitio donde los toros cogen o embisten. Tremenda fue una serie al natural, sin ligazón, pero con profundidad, con obligación y exigencia. Firme y serio con la diestra, las manoletinas del final, muy ceñidas, y una estocada trasera le bastaron para pasear una oreja camino de la enfermería.


Feo era el sexto, que salió quinto por correr el turno por la cornada de Galván. Y fue bruto y mansurrón en el capote que manejó con solvencia Juan Ortega. Ni una arrancada tuvo en la muleta. Porfió Ortega con él sin que se viniese más que en un arreón que se lo quiso quitar de delante. Optó por matarlo sin más historia que el mal uso del acero. Silencio.



El sexto, amplio y bien armado, se emplazó en los medios pidiendo toreros para irse con genio detrás del primer trapo que viera con posibilidad de llegar. Buena fue la actuación de Álvaro Núñez en banderillas. Pero se negó a embestir el de Gavira en la muleta y no se dio coba un Curro Díaz que ya tenía el objetivo cumplido.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Corrida de toros del Domingo de Ramos.

Toros de Gavira, informal y de media humillación el deslucido primero; noble, franco y con ritmo el buen segundo bis; aplaudido manso con humillación el tercero; noble y pasador el obediente cuarto; manso y aplomado el espeso quinto; manso y sin entrega el geniudo sexto .

Curro Díaz, oreja, oreja y silencio.

David Galván, oreja y herido.

Juan Ortega, que confirmaba alternativa, ovación y silencio. 


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