Fernando Robleño: ​" La faena ante el toro de Escolar es la más importante y transcendental de mi carrera como matador de toros"

" La faena ante el toro de Escolar es la más importante y transcendental de mi carrera como matador de toros"

" Todavía no he digerido lo de Madrid, pero empiezo a darme cuenta de lo sucedido por todos los mensajes que me han llegado, y eso emociona porque algo grande ha pasado"

Entrevista por Alejandro Martín Carabias

Una de las faenas de Madrid, y del año, la realizó Fernando Robleño ante un toro de José Escolar, extraordinario, pero la espada le privó salir de Las Ventas con tres orejas. Le tenemos en La Divisa para hacer balance sobre la gran tarde de Madrid.

Enhorabuena por lo del otro día, torero.

Muchísimas gracias.

¿La mejor faena de Robleño en Madrid?

Sí, sin duda. Y la tarde más importante de mi carrera y transcendental.

¿Qué destacaría de la faena?

Pues lo toreé con gusto, profundidad y despacio. Y hubo buena armonía durante toda la faena. Y ver cómo crujía Madrid fue maravilloso y único.

¿Se imaginaba crujir de esa manera Las Ventas?

No. Uno lo sueña y lo imagina entrenando. El sueño no se acerca a la realidad. Es muchísimo más elevada la realidad que el sueño. No hay comparación.

¿Se ha digerido el triunfo?

Aún no, porque está reciente. Pero, me estoy dando cuenta gracias a todos los mensajes de aficionados, profesionales, de la prensa…Y todas las cosas que he leído tan bonitas. Y te he emociona porque algo grande ha debido de ocurrir. Realmente, tengo la cabeza tranquila porque llevo trabajando durante 22 años de matador de toros y lo que ocurrió en Madrid sabía que iba a pasar tarde o temprano. Lo tenía en la cabeza, pero no sabía cuándo. Ya está hecho, y con la mente tranquila y a seguir aprendiendo y evolucionando.

¿Algún vídeo ha visto o se queda con las sensaciones?

Algo he visto, sin querer. Porque te llegan vídeos por las redes sociales. Prefiero no ver la faena y quiero quedarme con las sensaciones vividas y la conjunción con el público y el toro. En definitiva, con lo que viví allí.

Me fijé, por vídeos, que las zapatillas estaban enterradas en la arena. No se movían y eso habla de la categoría de toreo que hubo.

Es lo que intento y persigo. Hay veces que se puede y otras no, porque te tienes que enfrentar a toros con comportamientos difíciles y complicados. Y debes tener otro tipo de tauromaquia, pero siempre he intentado sacar el máximo partido posible para hacer el toreo bueno y desarrollar mi tauromaquia.

Además, en el primero hubo una dimensión muy importante.

Fue la que me dio crédito al principio de la tarde ante la afición. Tuvo un comportamiento muy reservón. Había que llegarle mucho para que arrancada, y cuando arrancaba tenía un disparo muy fuerte. Fue exigente y con una mirada viva. Me hizo hacer el esfuerzo.

El otro fue extraordinario, pero hay que estar a la altura.

Fue buen toro, pero no fue fácil. Había que estar muy firme delante de él y torearlo despacio. Además, no te tenía que tropezar la muleta. Tuvo muchísimas virtudes y tuve la suerte de hacerle las cosas, y encima en tan poco tiempo. Me pilló fresco y rápidamente me vacié.

¿Se es consciente de lo que está pasando o uno está a lo suyo?

Yo estaba a lo mío, porque es mi forma de torear. Y estaba intentado hacer una obra como si estuvieras en el campo, y estuvieras cuajando una becerra. Lo del otro día no fue una casualidad, fue un trabajo. Además, tuve suerte y me dejó expresarme. También, cuando un toro te lo permite, es lo mismo en cualquier lado que en Madrid. Porque tu entrega y expresión debe de ser la misma, no tiene que ser forzada. Debes de ser el mismo en cualquier lado y donde sea. Como te digo, no te das cuenta, porque estás metido. Y a toro pasado es una suerte haber toreado un toro así.

Visto lo del otro día, deberían de contar con Fernando Robleño en otro tipo de carteles, al menos en Madrid el año que viene.

Ojalá. Eso espero y deseo. Además, este año no ha sido una temporada larga, he toreado poco. Empecé con una corrida difícil y seria en Madrid de Samuel Flores. Y hasta agosto no volví a torear. No ha sido una temporada fácil para mí porque había que sobreponerse. Y vivir la tarde del otro día fue lo más bonito e importante.