“El Nono” y “El pelotari”

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EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL 20 DE JUNIO 2022

PEDRO J. CÁCERES


“El Nono”  y “El pelotari”

Para siempre en nuestro recuerdo y, sobre todo, en nuestros corazones. Lo mismo que Roberto Espinosa y Manolo Martín, padre.


Ha sido una semana negra. De golpe han ido falleciendo el empresario y apoderado Roberto Espinosa, el maestro Andrés Vazquez y “El Carbonero”, como se le conocía en Barcelona a Manolo Martín, padre de Manolo Martín y Ángel Lería.

Todo en la semana que se cumplen 5 años del fatídico desenlace de la muerte de Iván Fandiño.

Con todos ellos tuve amistad y gocé de su generosidad para, siendo yo amigo de ellos, estos lo fueran, también míos, que no es lo mismo.


La trayectoria de Andrés Vázquez estuvo marcada por la amargura de un duro comienzo en el mundo del toro.” Las talanqueras, la polvareda, la dureza de los torazos sin picar en aquellas capeas, todo ello marcó un camino en el que, por encima de las calamidades, se encontraba la torería”.

Una época muy dura, para los que querían ser torero, como recoge magistralmente la película de José María Forqué :“Yo he visto la muerte” (1967).

 Además de interpretar su propio personaje, el 'Nono', como le conocieron por las capeas, apareció practicando su otra gran pasión: el flamenco.


Fue de esos toreros “maltratados” a los que a pesar de su currículo (10 Puertas Grandes en Las Ventas) no se les concede el status de figura. Pero, “El Nono”, fue algo más (tan devaluado como esta el término figura); fue un maestro, eso, ni en vida ni en muerte, se lo quita nadie y , sobre todo, un torero importante que, si no se guardaba nada ,cada tarde, embutido en el “chispeante”, tampoco lo hacía una vez retirado: tanto en la Escuela de Madrid, como comentarista de televisión, como brillante conferenciante que, además de decirlo lo hacía, naturalmente…de salón.


Las comparaciones son odiosas, pero, aun muchos años después, los inicios de Fandiño fueron parecidos en el refugio de su tierra alcarreña de adopción. Luego vendrían los éxitos a golpe cantado que tenía que revalidar cada tarde porque, sobremanera en Madrid, una vez de encumbrarlo lo maltrataban ignominiosamente. Bueno, no Madrid, la “intifada venteña”.


No se si el mezquino sistema le hubiera alguna vez tratado de figura, pero, como “El Nono”, fue un torero importante, muy importante. Esa corta etapa de rivalidad con David Mora a muchos se nos ha quedado para siempre en el recuerdo. Iván le llamaba a David “músico” por su afición y pinitos como tal, y David le replicaba “pelotari”, por su procedencia vizcaína.

Para todos ellos, Iván, Andrés, Roberto, Manolo… mi cariño y mi admiración con sempiterno respeto, por mucho que pasen los años.



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