Aurora Algarra: "El toro es la raíz de la costumbre, de muchísima gente, de muchísimos pueblos"
LA ENTREVISTA DE ROSI FERNÁNDEZ
Entrevistamos a una mujer ganadera, taurina, aficionada, trabajadora incansable y amante del toro bravo.
Aurora Algarra ¿qué tal, cómo estáis?
Muy bien y encantada de hablar contigo.
Tu abuelo, tu padre, todos vinculados al mundo, ¿cómo creciste entre los toros, se creó tu afición y el amor al toro?
Bueno, pues nosotros somos una familia de siete hermanos. Mi padre era la tercera generación. Mi bisabuelo fue un gran garrochista, mi abuelo fue ganadero y mi padre fue otro ganadero.
Entonces, yo recuerdo desde pequeñita estar metida por todos los animales, porque a mi padre le gustaban todos los animales. Aparte de criar el toro manso, él tenía una ganadería de caballos, tenía una afición desmedida también a los galgos, a la carrera de galgos, a los pájaros, a los canarios. Yo vivía rodeada de todos los animales, nosotros vivíamos en Aznalcázar, en un pueblo que estaba cerca de la finca La Cigüeña en Villamanrique de la Condesa, que era donde a priori teníamos la ganadería brava.
Entonces, yo recuerdo de volver del colegio y allí tenía todo; mi padre criaba allí los canarios, tenía también allí los galgos y todos los animales, nos desplazábamos a la finca que estaba a 10 minutos. Así surgió. Yo creo que esto es un sentimiento que tú naces con esta afición, porque de los siete hermanos la que lo llevaba muy dentro era yo, era una enferma desde pequeñita, porque yo salía del colegio y lo único que quería era estar con los toros.
De hecho, mi padre me llevó al campo, porque la marisma donde teníamos antes la ganadería era una zona arriada. Fíjate, era curioso, era como aquella parte donde teníamos la ganadería, la expropiaron y la convirtieron en zona de labor, luego llevamos la ganadería a Castiblanco de los Arroyos, donde estamos actualmente, en La Capitana. Pero antes estábamos en La Cigüeña, que era una finca de lo que era de Pablo Romero, de Campos Peña. Me acuerdo que aquello se arriaba de tal forma que no se podía salir. Incluso mi padre no podía entrar y nosotros vivíamos allí con los vaqueros, con los mayorales. Imagínate… lo que era la esencia del toro bravo.
Y ahora tus hijas están vinculadas contigo en la finca, ¿cuál es el trabajo del día a día?
Pues sí, yo en el primer momento no quería que estuvieran en la ganadería, porque de la ganadería vivir tanta gente es muy complicado. Yo les dije a todas ellas que estudiaran su carrera y que esto lo tuvieran como un hobby, todas ellas, aparte de tener sus carreras, están por aquí, pero sobre todo una de ellas, como sabes, se dedica un poco a la parte de turismo, debido a los años que estamos pasando, los años de pandemia y los años duros que están viviendo las ganaderías…
El día a día en la dehesa con el ganado bravo, como no tuvieras otro tipo de negocios, es muy complicado , por eso nos dedicamos, un poco, a dar a conocer la ganadería al turismo. Por dos cosas fundamentales, por una parte para que la gente conociera lo que es este animal, para mí es único. Y por otro lado, para mantener la dehesa, porque todos los ganaderos de bravo la mantenemos a pulmón. Entonces, al ampliar el negocio, hacía falta más gente, porque yo me dedico una barbaridad a la cría del toro, a la genética y todo lo que conlleva.
Entonces, es una dedicación tan plena que a lo otro no me daba tiempo. Y la verdad que ellas, que tengo cinco, unas más y otras menos, viven muy directo lo que es la ganadería, por mi parte y por parte de su padre, que como sabréis es la ganadería de Murube. Así que de una manera u otra están muy vinculadas.
¿ Cómo ves la actualidad del mundo del toro ahora mismo, Aurora?
Bueno, después de tener unos años muy preocupantes, la gente tiene ganas de toros. Que sí, que estamos en un momento complicado porque la economía también está muy complicada y la situación ahora mismo que vivimos con la guerra crea una incertidumbre en todos los aspectos... Se está notando en todas las primeras ferias que la gente tiene ganas de toros. La gente está muy ilusionada y eso es lo que nos hace venirnos arriba. Yo creo, desde mi punto de vista que, con este animal que es un animal único, no se puede acabar. Es la raíz de la costumbre, de muchísima gente, de muchísimos pueblos. Por lo que estoy viendo, ahora mismo este año soy un poquito optimista, si nos dedicamos a esto, no puedo pensar en negativo.
¿En qué plazas vas a lidiar, cuántas corridas tienes para esta temporada?
Bueno, para esta temporada la camada era larga, porque como tenía algún excedente del año pasado de toros cinqueños que nos habíamos quedado. Este año voy a tener entre 9 o 10 corridas. En principio, vamos a lidiar en Añover de Tajo, Lucena, Madrid, Valencia y tengo otras 3 corridas más que las tengo reseñadas, pero hasta que no me salgan las plazas, no lo quiero decir. Otra plaza que igual vamos en octubre si Dios quiere, es una plaza de primera y por ahí va enfocada la temporada. Una temporada muy ilusionante y todo depende del animal.
¿ Qué toro buscas y le gusta a Aurora Algarra?
Bueno, yo he vivido muy de cerca la ganadería de mi padre, que es la que ha sido madre de muchas ganaderías y la que ha tenido tantísimos triunfos, que era un toro con la clase. La clase es lo que ha caracterizado a la ganadería de Algarra. ¿Qué pasa? Que últimamente tienes que conectar con los tendidos y yo sin salirme de la clase…
Como he dicho muchas veces: quiero una clase encastada, pero una clase encastada que tenga ritmo, que tenga humillación, que se salga de los vuelos de la muleta, que lo puedan torear todos los toreros. Como a mí me gusta: toreros de clase. Entonces es muy complicado, tengo en la cabeza un toro y todavía no me ha salido. He tenido toros muy cerca del toro que yo quiero, pero quiero ese toro casi perfecto, porque yo soy muy perfeccionista y quiero que la cosa vaya a más y me vayan saliendo. Por eso es muy complicado, pero sobre todo el toro pronto, alegre, que tenga acometividad.
¿ Qué le ha dado el toro?
El toro en mi vida es. El toro es mi pasión, vocación, pena, alegría.. el toro es todo. Es un sentimiento, sin el toro no podría vivir. Lo tengo clarísimo. Paso la mayor parte del tiempo en el campo y vivo para el toro, no del toro. O sea, con eso lo resumo todo.
Suerte y gracias por atendernos.
A vosotros y gracias por contar con nosotros.
Escribe tu comentario