Pilar Val-Carreres:” Fueron dos minutos fundamentales para poder salvarle la vida a Mariano de la Viña”
Pilar Val-Carreres:” Fueron dos minutos fundamentales para poder salvarle la vida a Mariano de la Viña”
“Estaba en la corrida y vi la cornada, bajé corriendo, viendo que era de extrema gravedad”
“Yo creo que el éxito fue en que cada miembro del equipo supo hacer y actuar en cada momento. Es decir, que la clave fue que supimos hacer en cada momento lo que debíamos, eso fue el éxito”.
“Era la última corrida de feria. Además, afortunadamente había sido una feria donde no había habido muchos percances y yo estaba en un balcón que tenemos encima de la enfermería, estaba viendo la corrida y vi la cornada, bajé corriendo, viendo que aquello era de extrema gravedad, la verdad es que hubo unos minutos cruciales, somos un equipo médico donde cada uno supo cuál era su función.”
“En casa siempre hemos sido muy aficionados a la fiesta de los toros, porque desde niños siempre durante la Feria del Pilar no se iba a ningún otro sitio más que a los toros, tanto yo como mis hermanos, íbamos a acompañar a mi padre, sobre todo mi hermano pequeño y yo, pero desde bien pequeños al hospital a pasar planta los fines de semana, íbamos a la enfermería de la plaza de toros y luego ya una vez que empecé la carrera, procuraba ayudar. Desinfectaba lesiones y hasta el día de hoy.”
“Son profesiones que dedican una entrega, casi diría que es muy superior a otras profesiones, porque muchas veces los pacientes te los llevas a casa, duermes con ellos en la cabeza.”
“La verdad es que en esos momentos no piensas en la responsabilidad, en esos momentos lo único que piensas es en hacer lo que debes para salvar la vida del enfermo. La responsabilidad yo creo que luego, una vez que vas a casa, te relajas, y dices ufff.”
“La verdad es que la Feria del Pilar nunca he visto otra cosa y siempre la he vivido así, ya desde niña, nosotros desde bien pequeños El Pilar era una época en la que apenas podíamos salir para quitarle preocupaciones a mi padre, para que pudiese estar más centrado en su trabajo y como nunca he vivido otra cosa, pues para mí El Pilar son toros y más toros y más toros.”
LA ENTREVISTA DE ROSI FERNÁNDEZ COMPLETA
¿Cómo fue tu niñez? ¿Cómo y dónde despertó esa afición taurina y por la medicina y cirugía?
Bueno, la verdad es que en casa siempre, desde pequeños, hemos vivido muy de cerca la cirugía, mi padre cuando llegaba a casa, siempre corríamos a preguntarle qué es lo que había operado. Él nos contaba con entusiasmo porque ha sido un amante de su profesión. Nos contaba todo lo que había hecho a lo largo de la jornada y luego durante las fiestas del Pilar en casa se vivían los toros. Cada vez que había un percance lo vivíamos todos muy cerca. Yo recuerdo siendo niños, cuando tuvo un percance aquí Jesulín de Ubrique, íbamos allí a pasar las tardes con él, a hacerle compañía… siempre ha sido tema de conversación en casa.
Siempre le han gustado los toros, verlos en plaza, luego ya vino la decisión de quiero hacer la carrera de mi padre. ¿Cómo fue ese salto?
Sí, así es. En casa siempre hemos sido muy aficionados a la fiesta de los toros, porque desde niños, durante la Feria del Pilar, no se iba a ningún otro sitio más que a los toros, tanto yo como mis hermanos. Mi hermano pequeño es un gran aficionado y la verdad es que es otra forma de ver los toros. Desde siempre hemos sido muy aficionados.
Y desde niña íbamos a acompañar a mi padre, sobre todo mi hermano pequeño y yo, pero desde bien pequeños. Entonces, como somos tres hermanos que vamos seguidos, también para un poco de desahogo de mi madre íbamos con mi padre, íbamos al hospital a pasar planta los fines de semana, íbamos a la enfermería de la plaza de toros y luego ya una vez que empecé la carrera, cuando decidí que quería estudiar medicina, pues ya desde el primer año pues iba y procuraba ayudar, igual lo que hacía era desinfectar las lesiones, pues poco a poco iba ayudando hasta el día de hoy.
¿Desde cuándo llevas de compañera con tu padre en esa Feria del Pilar de Zaragoza?
Pues llevaré aproximadamente unos 25 años. Muchos años ya.
¿Cómo es esa responsabilidad que tenéis en vuestras manos de salvar a las personas?
Pues realmente son profesiones que dedican una entrega, casi diría que es muy superior a otras profesiones, porque muchas veces los pacientes te los llevas a casa, duermes con ellos en la cabeza pensando qué será de este paciente, qué evolución llevará… Luego también, no siempre el resultado es el deseado, cuando coges cariño con pacientes, y luego pues tristemente no van bien… y ves a gente que fallece incluso después de una edad. Es una profesión dura y la verdad es que es difícil también llevarlo muchas veces, pero se viven muchas más veces las satisfacciones, yo creo que superan a las tristezas y eso es lo que nos hace seguir hacia adelante.
En una charla que tuve el placer de escuchar a tu padre, él decía que el perder la calma no se consigue nada, sólo era perder un tiempo preciso, precioso y que se necesitaba para
actuar. ¿Cómo se hace para no perder esa calma en situaciones extremas?
Pues yo creo que con el tiempo, con el paso de los años, pues te vas dando cuenta de que efectivamente son momentos dónde cada segundo es un tesoro y debes de actuar con rapidez, con firmeza e intentar hacer las cosas lo mejor posible. Yo creo que con el tiempo te vas curtiendo y vas aprendiendo, y sobre todo en nuestra profesión, donde lo más difícil ya no es operar, sino tomar la decisión. Nosotros como cirujanos, muchas veces en las guardias que te avisan para valorar pacientes y ya no es difícil la técnica quirúrgica, lo difícil es dar la indicación.
¿Cómo viviste lo de Mariano de la Viña, en persona, en unas declaraciones dijiste que te había costado hasta dormir esa noche?
Pues sí, la verdad es que lo recuerdo. Era la última corrida de feria. Además, afortunadamente había sido una feria donde no había habido muchos percances y yo estaba en un balcón que tenemos encima de la enfermería, estaba viendo la corrida y vi la cornada, bajé corriendo viendo que aquello era de extrema gravedad, la verdad es que hubo unos minutos cruciales, somos un equipo médico donde cada uno supo cuál era su función… desde el anestesista que rápidamente cogió la vía, luego pusimos unos torniquetes y pronto nos hicimos con el control de la hemorragia. Pero fueron dos minutos fundamentales para poder salvarle la vida a Mariano. Luego recapacitando, yo creo que el éxito fue en que cada miembro del equipo supo hacer y actuar en cada momento. Es decir, que la clave fue que supimos hacer en cada momento lo que debíamos, eso fue el éxito.
La responsabilidad es grande.
Sí, la verdad es que ya no piensas en la responsabilidad, en esos momentos lo único que piensas es en hacer lo que debes para salvar la vida del enfermo. En estos momentos no piensas en la responsabilidad que tienes.
¿Cómo se lleva ser hija de cirujano, quizá con un poquito más de esa responsabilidad?
Bueno, la verdad es que creo que al igual que cualquier compañero cirujano, eres consciente que tienes una responsabilidad, pero yo en el caso de como hija, pues para mí, mi padre ha sido mi modelo a seguir. Y doy gracias de poder formarse con él, de todo lo que me ha enseñado y soy consciente de que soy una privilegiada. Desde niña he oído hablar del manejo de los pacientes, para mí un quirófano ha sido siempre como una segunda casa. Y lo único que puedo hacer es dar gracias y por supuesto seguir aprendiendo de él
¿Y qué tal es como compañero de quirófano?
La verdad es que mi padre es una persona que es tranquila, es calmada, es buen docente, es un muy buen compañero y quirófano. Siempre enseñándonos, conforme pasan los años te das cuenta de que he tenido muchísima suerte y la sigo teniendo porque operamos juntos siempre que podemos. Además, ahora tiene y tenemos mayor satisfacción, sobre todo para él, porque un hijo mío también está estudiando medicina y creo que lo disfrutamos los tres cuando nos juntamos los tres en quirófano, ese día es una sensación difícil de explicar, es algo muy bonito, es como que todo va a seguir, algo que nos hace muy felices. Cuando nos juntamos los tres a la vez en el quirófano es una gozada.
¿ Se hace larga la Feria del Pilar? ¿ Descansas?
La verdad es que la Feria del Pilar, como nunca he visto otra cosa y siempre la he vivido así, ya desde niña, nosotros desde bien pequeños El Pilar era una época en la que apenas podíamos salir para quitarle preocupaciones a mi padre, para que pudiese estar más centrado en su trabajo y como nunca he vivido otra cosa, son toros y más toros y más toros. Entonces claro, cuando no has visto otra cosa, pues tampoco lo echas en falta. Si bien es verdad que en la familia, sobre todo por mis hijos, gracias a Dios en mi caso son aficionados, muchas veces me acompañan y entonces ya parece que lo llevas mejor Pero sí que es verdad que son los días en que desapareces del resto del mundo.
¿Merece la pena?
Sí, merece la pena, porque dentro de que es mucho trabajo en pocos días, pues lo disfrutamos. Ahí entra en juego la vocación y que somos un equipo médico quirúrgico de la plaza de toros donde, ante todo, somos amigos.
Has operado a muchas personas de diferentes profesiones, pero siempre dicen que los toreros son de otra pasta, ¿qué nos puedes decir de esto y por qué son de otra pasta?
Efectivamente, en principio son gente muy preparada físicamente, son verdaderos atletas y tienen una vocación muy marcada y un espíritu de sacrificio brutal. Yo recuerdo a Mariano, incluso desde el primer momento, él sólo estaba deseando de recuperarse…incluso otros toreros. Es increíble como en pocas semanas están otra vez toreando o incluso llevando los mismos puntos. La verdad son gente físicamente muy preparada. Generalmente suelen ser gente joven y con las condiciones excepcionales, pero sobre todo la capacidad de sacrificio y de recuperación es espectacular, son los atletas.
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