​Pepín Liria:" Me retiro en el mejor momento de mi carrera. La prueba está en las actuaciones en Madrid, Sevilla y Murcia"

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LIRIA, PARA WEB


Pepin Liria:" Me retiro en el mejor momento de mi carrera. La prueba está en las actuaciones en Madrid, Sevilla y Murcia"


" La presentación de novillero en Madrid me cambia por completo. Mi camino de novillero fue difícil porque invertía y perdía dinero. Lo tenía que devolver"

" La fuerza de la juventud impone y da frescura al escalafón. El ejemplo es Roca Rey"

" He cumplido todos los sueños, por mucho que fuese una persona ambiciosa. No pensé en mis mejores lo que he conseguido en mi carrera"


LA ENTREVISTA DE 

ALEJANDRO M. CARABIAS


¿De dónde viene la afición?


Me viene de mi pequeño. Mi abuelo era el presidente de la corrida de toros por su cargo de jefe de la Policía Local. Presidía los festejos taurinos en mi pueblo y de muy niño, con cuatro años, tengo conciencia de acompañarle a los toros y de subir al palco con él y de empezar a jugar a ser torero. Lo que era un juego, se convirtió en una realidad. Lo que ha sido mi vida, el toreo.


¿Qué recuerdo se lleva de la profesión?


De todo. Lo que he hecho ha sido muy importante y de alguna forma tengo cumplidos todos los sueños, por mucho que yo fuese una persona ambiciosa y he conseguido todo.

Y en el mejor de mi sueño, nunca pensé que pudiera lograr todo lo que la vida me deparó y me dio la oportunidad de conseguir en mi carrera. Con lo cual, me siento un privilegiado, hice realidad todos esos sueños que tenía de niño. He vivido tardes maravillosas y tengo el reconocimiento de mis compañeros de profesión, de la afición, del público y eso me deja muy tranquilo. Y si volviera a nacer, pues creo que volvería a intentar ser torero y volver a pasar por todo lo que pasé. Gracias a todo eso, soy la persona que soy y me siento una persona dichosa y afortunada con lo conseguido.


Hay tres plazas muy importantes en su carrera como son Madrid, Pamplona y Sevilla.


Bueno, al principio Madrid. Madrid me cambia por completo mi vida por mi presentación de novillero. Con ese triunfo me da la oportunidad de cambiar. Mi camino de novillero no era fácil. Me costaba mucho dinero, se había invertido mucho dinero y no lo podía devolver. Madrid fue clave en los principios de verdad. Lo vivido en Sevilla, Pamplona y Murcia dan un significado y un potencial bastante importante en mi carrera, porque eran tardes claves. Por ejemplo, las tardes de Sevilla, donde llegaba muchas veces sin festejos y sin haber toreado en Fallas y Castellón, me las jugaba a una carta y apostaba fuerte. Gracias a Dios, pues siempre estaba Sevilla, ese balón de oxígeno, que me daba el triunfo y la oportunidad de engancharme a las ferias y volver a los carteles con los compañeros, compartiendo y compitiendo con los mejores.


Fueron tres plazas que significaron mucho y yo las defino como una historia de amor que en ningún momento tuvieron decadencia ni flaquearon. La relación siempre fue a más. Prueba de ello es cómo me retiro y cómo me voy en 2008. En el mejor momento de mi carrera en esas plazas: Sevilla, Madrid y Murcia. Marca mucho en el momento en el que yo decido retirarme.


¿Por qué decide retirarse Pepín Liria estando arriba, como usted ha dicho?


Bueno, uno siempre sueña con ser torero, nunca con dejar de serlo. Pero he tenido la posibilidad de haber compartido muchas tertulias, tardes y días de escuchar a los maestros, toreros a los que yo admiraba y que después tuve la oportunidad de sentarme en una mesa o de tenerlo en un ruedo o torear conmigo en un festival, porque cual comentario suyo, cualquier frase suya aprendía. Y aprendí que había que irse cinco minutos antes de que uno lo echaran. Y las segundas partes nunca fueron buenas. Era mucho más bonito irse en el esplendor de una carrera y que la gente te recordara en lo más alto. Además, también, había visto a toreros que yo admiraba y que habían sido figurones y en los últimos años, cuando las cosas no salían bien, la gente no se lo perdonaba. Incluso yo viví tardes de cierta crueldad y dureza de los comportamientos de los públicos a esas figuras del toreo que yo admiraba y por las que yo perdía la cabeza. Eso me hacía reflexionar y yo no quiero que me pase esto.


Es verdad que en el 2007 acontecen varias cosas: hay una negociación muy complicada en Madrid- estoy a punto de quedarme fuera de San Isidro, después de 15 años consecutivos toreando e incluso algunos años iba cinco tardes-. Además, hay tres cornadas claves, sobre todo la de Murcia, que me destroza y empiezo a ver sufrir a mi familia. La cornada de Alicante de la cara, a partir de ahí, mis niñas ya no quieren entrar en la habitación, porque no saben lo que se van a encontrar.


Entonces, cuando yo empiezo a echar en la balanza, y me doy cuenta de que estoy haciendo sufrir mucho más que disfrutar a los míos, que está llegando el momento de decir adiós. Pero, a raíz de la cornada de Murcia, cuando despierto de la anestesia a las tres o cuatro de la mañana veo a mi madre- la que me falta hoy- y me dice ya merece la pena todo. Ahí empiezo a darme cuenta de que hago sufrir mucho a los míos. A lo mejor yo sí estoy preparado para seguir sufriendo, para seguir luchando, para seguir batallando, pero no estoy preparado para para ver sufrir a los míos.


Eso hace que valore que ya haya llegado el momento de decir adiós. Como te dije al principio, nunca imaginé estar quince años consecutivos al nivel que estuve. Creo, y el tiempo me ha dado la razón, que era el momento justo de decir adiós.


Comparando las carreras de Ponce o El Juli con la suya, son bastante largas, ¿por qué se dilatan tanto las carreras de ciertos toreros?


Bueno, me estás hablando de toreros que gracias a Dios siguen dando unas cuotas muy altas en el ruedo. Mientras que un torero esté así de fresco y tenga la ilusión y las ganas y sea capaz de emocionar y de seguir dando lecciones de toreo y de vida, tienen que estar.

Es verdad que vivimos una época en la que cuesta mucho trabajo que las nuevas generaciones irrumpan y se cuelen. Pero cuando viene gente con la capacidad arrolladora, por ejemplo, en este caso de Roca Rey, se terminan colando por sí solos. Porque esa fuerza de la juventud impone mucho y da mucha frescura al escalafón. Pero es verdad que las máximas figuras del toreo nunca se dejan ganar la pelea. Además, hay mucha gente que quiere joder la fiesta y el toreo. Pero yo apuesto por el nivel de toreros y el nivel de toro que hay hoy. Hay un nivel de toreros increíble. O sea, yo cada día me sorprendo más de las cosas que veo hacer a los toreros.


Cada día me emociono más, cada día me entusiasmo más. Con el toreo no se va a poder habiendo una verdad tan grande, porque está sustentada por esos pilares que son los toreros, que están a un nivel increíble y las ganaderías, que creo que también es un mérito increíble lo que están haciendo los ganaderos.

Soy realista, pero soy muy optimista porque el festejo se sustenta con un nivel de toreros extraordinarios, en todas las épocas ha habido grandes figuras, pero hoy en día hay un nivel de toreros increíble y eso me hace estar tranquilo.


La verdad del toreo ha ido con usted a lo largo de su carrera. La prueba está en la tarde de Pamplona de 2018.


La verdad era mi seña de identidad. Cuando tomé la decisión de conmemorar el 25 aniversario, era por rendirle un homenaje a los toreros que han perdido su vida en el ruedo recientemente. Quería rendirles mi pequeño homenaje.

Cuando decidí volver a torear, era consecuente. La gente quería volver a ver al Liria de hace 10 años antes, como en la tarde épica de Sevilla o la tarde de Pamplona, Córdoba o las propias de Murcia. Porque la verdad es que la temporada del 2008 fue triunfal. Pero creo en eso: mi verdad. Creo en la autenticidad del toreo, creo en esa seña de identidad que era Liria; el que no se dejaba ganar la batalla; el que competía con los mejores y quería ser mejor que ellos. Tenía un respeto y una admiración tremenda por todos, pero cuando yo me vestía de torero quería ser el mejor y quería triunfar, quería cortar más orejas que los demás. Fui consecuente. Y diez años después, Dios me dio fuerza. También, los públicos me lo permitieron y sentía el apoyo de la gente y eso me ayudaba a ser el Liria que se había retirado hace diez años.


 Pero, lo más importante, sobre todo, está en que uno se siente orgulloso. Yo no era sólo yo, era el peso de una tierra como es Murcia, era un referente. No me podré sentir más orgulloso de donde era. Porque creo que parte de lo que fui en esta vida, se lo debo a Murcia.

Si no hubiese tenido un referente como era el maestro Ortega Cano- era el torero donde todos nos queríamos parecer, cuando empezamos a querer ser toreros en la tierra de Murcia- y tener el apoyo de una afición que me lo consintió todo, no hubiera sido igual. Y no solo me lo consintió, sino me apoyó, me lo valoró y me dio alas para intentar sentirme orgulloso y pasear el nombre de Murcia con el mayor orgullo y con la mayor dignidad del mundo.


¿Tiene alguna espinita? ¿Le faltó algo hacer en el toreo?


No tengo ninguna. Soy un hombre dichoso, feliz. Te repito que me siento respetado, es verdad que siento que me falta la foto de la puerta grande de Madrid, pero moralmente y muchos aficionados recordarán la tarde del toro de Dolores Aguirre-se pidió la segunda oreja con mucha fuerza- y la tarde de José Tomás con el toro del Conde la Corte- también se pidieron las orejas con mucha fuerza-. Y bueno, me falta esa foto. Pero yo me sentí un triunfador en una plaza en la que, como te decía al principio, fue básica y fue base para que Liria se diera a conocer y tuviera la oportunidad de poder tomar la alternativa con un cierto ambiente y después poder confirmarla. Y así, después del triunfo de San Isidro, se me abrieron todas las puertas de la feria y entrara en más corridas.


¿Hay Liria para una corrida más?


Bueno, yo no voy a decir que no. Ahora disfruto mucho más que nunca cuando voy al campo a torear. Y si tuviera que hacer lo que hice hace tres o cuatro años cuando volví en Illescas con El Juli Y Manzanares…Pero sé que mi tiempo pasó. Lo he dicho siempre, si Murcia me necesita ahora, como pasó con Lorca, Dios quiera que no ocurra ninguna desgracia-entonces es una señal de que no tengo que volver para nada- o acontece algo, yo siempre voy a estar. Siempre que Dios me dé fuerza y yo me sienta con la ilusión suficiente para poder prepararme como si fuese a torear ochenta corridas, como cuando las toreaba en la época de mi esplendor. Y sabiendo que no me voy a fallar ni a ninguno de los que han creído en mí y siguen creyendo en mí.


En la época en que mi entrenador y sabiendo que cuando me pongo un traje de torear primero no me veo fallar a mí, pero no le voy a fallar a nadie. Y siguen sin llamarme.

Pues muchas gracias maestro, por coger el teléfono a Televisa y la agradezco estos minutitos tan bonitos que nos has dedicado.



Muchas gracias a vosotros. Un abrazo muy fuerte. Muchas gracias, maestro.


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