​Vive América taurina ¡viva!

EDITORIAL (PROGRAMA LA DIVISA DEL 8 DE NOVIEMBRE 2021)

Vive América taurina ¡viva!

Durante muchas décadas del siglo XX las temporadas europeas y americanas se mestizaban, sin solución de continuidad, creando un círculo virtuoso sin tiempos muertos en la Tauromaquia universal.

No habían concluido Zaragoza y Jaén, cuando empezaban temporada las principales ferias americanas y sus finales solían solaparse con el madrugar de las primeras ferias españolas: Castellón y Valencia o viceversa.

En las postrimerías de los 90, América ya no era lo que en calendas anteriores- ya no se “hacían las Américas” (buenos honorarios y en dólares, cuando el dólar mandaba antes de ser engullido por el euro)-, pero se mantenían, dichas ferias, en un buen tono y muchas figuras hacían el esfuerzo, dosificado, pero esfuerzo, al fin y al cabo.

La frágil economía americana y el furor antitaurino animalista eran caldo de cultivo para debilitar dichos ciclos y minimizar la importancia de la temporada americana. Y, en esto, llegó la pandemia… ¡apaga y vámonos!

Y quizá esa situación límite, como consecuencia del COVID, ha puesto las pilas a todos, o casi todos. Cuanto peor mejor…tocar suelo para provocar el efecto rebote.

Está claro que recuperar grandes acontecimientos perdidos va a ser tarea ardua: las citas venezolanas, la gran Feria de Quito e incluso las de las dos grandes capitales colombianas como Bogotá y Medellín.

La del Jesús del Gran Poder, en Lima (Perú), también está en momento delicado, pero a partir de la próxima semana se reactiva el toreo en Perú con la Feria de la Esperanza, por iniciativa de Roca Rey y Joaquín Galdós. Ya sé que no es lo mismo, pero algo es algo para mantener el fuego taurino de profesionales y aficionados con la” esperanza” que sea un revulsivo para impulsar una gran feria en Acho para 2022.

En Ecuador ferias y festejos, de lo que se llama provincia, es una pelotita, no un balón, de oxígeno para que la Tauromaquia no desaparezca. Lo de Venezuela no es que esté difícil para el toreo, está tétrico para su población, en general.

Colombia reactiva sus dos ferias más prestigiosas, con grandes carteles, como Cali (a iniciativa del español, Alberto García) y Manizales, que acaba de anunciar un ciclo que da lustre a la temporada colombiana.

Y, México, siempre México. No ha parado de dar festejos por los estados y ya comenzó la temporada en la Monumental y se anuncian seriales en Guadalajara, Puebla, etc. Todo ello con el aliciente de numerosos toreros hechos en España con lo que eso supone para el seguimiento aquí, en la “Madre Patria” de su desarrollo. La política mexicana de mandar críos, becerristas, a aprender el oficio en la cuna del toreo, está dando sus frutos, muchos, el último el flamante ganador de la “Liga de Novilladas” Isaac Fonseca.

No son tiempos fáciles, para nadie, y todavía no estamos en post pandemia, pero, como ha ocurrido en España y Francia, el toreo americano se mueve y hay que darle su mérito.

Vive América taurina ¡viva!