Emilio de Justo conmociona Las Ventas en esta feria de otoño

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Emilio de Justo ha salido por la Puerta Grande en el festejo de este sábado en la Plaza de Toros de Las Ventas. El extremeño ha cortado las dos orejas del quinto toro de Domingo Hernández para sumar una nueva salida a hombros en Madrid, la tercera de su carrera y la segunda consecutiva tras la que consiguió en la Corrida de la Cultura el pasado mes de julio.


La cuarta de la Feria de Otoño había comenzado con mucho interés, con una faena de El Juli premiada con un trofeo y otro toro de Domingo Hernández, como el quinto, ovacionado en el arrastre. Juan Ortega, silenciado en el primero de su lote, selló muletazos de gran trazo con el que cerraba el festejo y saludó una ovación. 


LA CRÓNICA DE ALEJANDRO M. CARABIAS


Emilio de Justo vuelve a descerrajar la puerta grande de Las Ventas


De Justo corta dos orejas al importante quinto de la tarde. El Juli toca pelo en el primero y Ortega deja su sello.


De nazareno y oro se presentó Emilio a Las Ventas. Buena suerte le trae ese terno; dos orejas en Sevilla y en Madrid. La faena en el quinto fue todo poder. El extremo crujió los cimientos de Las Ventas. Otra vez. El inicio fue un toma y daca ante el encastado castaño. Todo por abajo. Ahí, Emilio descubrió la humillación del toro. Muleta en mano derecha, Emilio reventó Madrid. Las series transcurrían con una emoción desgarradora. A más fue el de Garcigrande, un torrente de casta. La faena bajó un poco con el toreo a zurdas, pero lo remontó con otra serie con la derecha de una hondura profunda. El final fue extraordinario, con unas trincherillas hermosas. Estocada hasta las cintas y dos orejas.

En su primer oponente, De Justo justificó su momento ante un animal que se vino abajo pronto.


Si el animal que sorteó De Justo, en su primer turno, fue todo lo contrario el primero de la tarde. A más fue Poeta. Con muchísima clase y nobleza. Julián se llevó al toro a los medios, y una vez allí, brotaron series de gran poso. Las zapatillas clavadas y los riñones rotos, El Juli paladeó la clase del toro. Mató a la primera y cortó una oreja. Era de dos.

En cuarto lugar, saltó el animal más serio y desproporcionado de la corrida. Tuvo guasa el toro. La faena trascurrió entre las protestas del público ante la colocación de El Juli.


Pero, lo más caro y torero de la tarde lo hizo Ortega en el último. Desprendió la esencia trianera que recorre por los vuelos de su muleta. Hubo unos naturales profundos, llevándose al toro hasta detrás de la cadera. Madrid le espera.


Plaza de Toros de Las Ventas. Segunda corrida de la Feria de Otoño. Lleno de no hay billetes. Toros de Garcigrande, muy bien presentados. 1; enclasado 2; deslucido 3; deslucido 4; con mucha guasa 5; extraordinario, de gran profundidad en su embestida 6; noble, pero venido a menos.


El Juli, oreja y silencio

Emilio de Justo, silencio y dos orejas

Juan Ortega, silencio y silencio 

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