Morenito de Aranda: “Cuando pasan estas cosas lo que hay que hacer es mirar adelante y afrontar el futuro con pasión”

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Morenito de Aranda: “Aquel 2 de mayo toqué el cielo de Madrid con los dedos”


El diestro burgalés iba a hacer el paseíllo el pasado 2 de mayo en la corrida goyesca y analiza en La Divisa su 2 de mayo de 2015 a hombros.  


Hace cinco años de ese 2 de mayo de 2015 en el que Morenito salía a hombros y triunfaba junto a López Simón. Jesús Martínez, buenas noches.


Buenas noches.


Cinco años en la memoria.


Sí, esas cosas siempre están ahí y en fechas como estas, siempre los recuerdos te vienen a la mente. Los aficionados se acuerdan de ti y están muy presentes. Además, tengo el toro de las dos orejas en casa.


Además de la cabeza del toro, tendrás el vestido.


Sí, era goyesco, un vestido color teja e hilo negro que tengo en casa de mis padres. Quizá fue el primer vestido que impuse a Justo, le dije que lo quería así y me trajo buenas cosas.


¿Cómo recuerdas aquella tarde y lo que pasó en el ruedo?


Fue una tarde muy intensa. El primero era un toro muy grande y muy serio, que se aplastó un poco y tuve una buena imagen. Luego llegó la cornada de Teruel, la oreja y la cornada de Alberto, le corté una oreja al toro que le correspondía a él y me quedé solo con la corrida. Fue muy intenso lo que ocurrió: me volví a ir a la puerta de chiqueros y fue un toro fiero, que vendió cara toda su lidia y creo que estuve a una altura muy importante. Llegó un momento en el que me explayé en el toreo, lo maté muy bien y le corté dos orejas muy de Madrid, muy unánimes.


Buen toro de Montealto.


Fue una corrida muy variada y muy importante, con muchos toros bravos pero con el denominador común del interés y de que la gente no se salió en ningún momento de la corrida.


Esto fue en 2015 y dos años antes también disteis una tarde extraordinaria.


Esta iba a ser mi cuarta goyesca, la de este año. Yo debuté en 2012 con una corrida de Los Bayones. Al año siguiente fue la corrida de El Cortijillo con Antonio Ferrera, que dejó una faena sublime, y Alberto Aguilar que cortó una oreja y yo otra.


Un 2 de mayo el de 2015 que el sábado pasado hubiese supuesto la quinta tuya. ¿Qué sensaciones te quedan?


El toreo es como la vida misma. Cuando pasan estas cosas lo que hay que hacer es mirar adelante y afrontar el futuro con pasión.


¿En casa todos bien?


Sí, todos bien. Irene, que es mi novia, lo pasó, dio positivo en el test. Yo estuve cinco o seis días pachucho y creo que lo pasé también. Mi padre, que es el que más riesgo tiene está controlado, y todos bien.


Entro como he hecho anteriormente con Ignacio con los dos temas de actualidad. El primero es el de los nueve metros cuadrados…


Sí, no tiene sentido. No se puede pedir a otros espectáculos una norma inferior en cuanto a la distancia y al toreo doblarla. No tiene sentido. Yo no quiero que vayan a favor de esto, pero que sean neutrales, que sean dignos de un espectáculo que a las arcas del estado les da el dinero que les da. Lo veo ilógico y sin sentido total. Nuestros estamentos tienen que hacer que se rectifique esta medida, porque es nefasta.


Y lo que hablábamos con algunos empresarios. No hable usted solo de los toros sino de otros espectáculos.


Es un problema tan grande que es el que ha creado el virus que no saben ni por dónde les va el aire. Tienen que ser conscientes de que cada uno tiene sus cosas, de que tenemos que ir volviendo a una normalidad cuando sea posible, y lo mismo para todos.


El otro tema de actualidad no es polémico sino debatible: hay un debate abierto sobre las corridas sin público televisadas.


Mi opinión es que el aficionado es la base primordial de este espectáculo y de una corrida de toros. Al final, el torero se motiva más cuando lo ve vibrar en el tendido. Dado el caso de incertidumbre que vivimos, con los ganaderos llevando toros al matadero, la televisión sin ofrecer contenido… hay mil cosas que hacen que sea una circunstancia especial y dentro de eso hay que tener un respeto y un sentido común hacia el toreo. Hay que ir a favor principalmente del aficionado, que es el que sostiene el toreo y el que paga. Ahora se ha abierto una posibilidad: si hay limitaciones en el aforo, se puede amoldar un poco todo, siendo partícipes del momento que atravesamos, pero siempre y cuando haya gente.

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