Otra vez Ferrera salió por la Puerta Grande

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TEXTO: MARYSOL FRAGOSO


FOTO: CORTESÍA PLAZA MÉXICO


La versión lidiadora de Antonio Ferrera lo convirtió en el triunfador del festejo del 74 aniversario de la Monumental Plaza México. En esta ocasión, su lote lo obligó a emplear más técnica y recursos a cambio de menos florituras, eso sí, con estética plena, por lo cual consiguió una oreja ante cada toro (la del sexto protestada por un sector) y se labró la salida en hombros; mientras que Morante (se llevó un apéndice) y El Payo (perdió las orejas del ultimo por fallar con el acero) realizaron faenas exquisitas. El Zapata, estuvo entregado y con variedad. Se lidió un encierro de Jaral de Peñas que dio poco juego, excepto el quinto y el octavo que fueron buenos.


Ferrera con el segundo, que salía suelto y calamocheab, tuvo los conocimientos y la paciencia para meterlo al engaño y ligarle los muletazos. Se pegó un arrimón con cabeza y llegado el momento se dejó rozar el pecho con los pitones, en alardes que el público le reconoció. Curtido en mil batallas, este veterano de los ruedos se basó en su experiencia para eslabonar una meritoria faena que remató de una estocada fulminante para cortar una oreja. Al sexto, con movilidad, pero poca fuerza, también le sacó partido. A pesar que terminó distraído y con la cara mirando al tendido, permitió una faena con los pilares del esfuerzo y la voluntad inquebrantable de su lidiador, quien se tiró a matar en la boca de riego, pinchó en hueso y luego descabelló, tuvo petición de oreja, que cuando el presidente concedió, fue pitada.


Morante de la Puebla, con el tercero, emocionó desde sus lances de recibo. Lo sacó al tercio para aprovechar la claridad y la nobleza con la que tomaba la muleta. A partir de ahí surgieron las tandas de mano muy baja, los cambios y los naturales de cartel. Logró una serie magistral a pies juntos, donde brilló el temple y el reposo. Concluyó al primer viaje con la toledana y paseó la oreja. El séptimo fue un dije en hechuras, pero tan carente de bravura que debió ser sustituido. Su hermano de crianza tampoco tuvo cualidades para el toreo, por lo que el diestro hispano abrevió y fue pitado.


Octavio García “El Payo”, al cuarto, carente de transmisión y poco fondo, intentó extraerle una faena, pero era una labor imposible, no obstante, su clase lo sacó a flote. El octavo toro tuvo calidad y el matador queretano lo dejó fluir. Se dejó sentir de lleno hasta que tomó la muleta. En un inicio toreó erguido, en un palmo de terreno, con inspiración, relajado, desmayando las muñecas en cada pase, para hacer del trasteo una especie de trance celestial. Luego abrió el compás y dio profundidad a los muletazos. Llegaron los redondos que fueron un poema y los asegundó en las siguientes tandas. Se tiró a matar para dejar una estocada caída que le privó de haber conseguido las orejas.


Uriel Moreno “El Zapata” pasó inédito con el abreplaza, que fue un toro con cierta aspereza, ante el cual no se confió debido a los embates del viento. Con el quinto, que dio buen juego, lució con amplio espectro de lances. Ese toro se enceló con el picador e incluso provocó un tumbo. El matador tlaxcalteca volvió a la carga con su variedad capotera y luego cuajó un comprometido y vibrante tercio de banderillas, por el cual dio una aclamada vuelta al ruedo. Luego se colocó en la boca de riego y provocó la arrancada del astado desde las tablas para ejecutar un escalofriante péndulo y ligar los pases. Frente a la puerta de cuadrillas pegó otra buena serie de muletazos. Hasta ahí llegó el fondo del toro, que, agotado por la exigencia de este torero -que, por lo general, no dosifica el gas de los animales que enfrenta-; terminó por ponerse a la defensiva. Entonces el coleta debió ligar pases en base a mucha insistencia. Debido a la falta de empuje del burel, Uriel pinchó en un par de ocasiones.


FICHA DE FESTEJO


PLAZA MÉXICO

MIÉRCOLES 5 DE FEBRERO. Corrida por el 74 aniversario de la plaza y decimoquinta de la Temporada Grande. Aproximadamente 18 mil personas en tarde fresca, con viento y pasajes de lluvia ligera.

SEIS TOROS DE JARAL DE PEÑAS, bien presentados, de poco juego, excepto el quinto y el octavo que fueron buenos. El séptimo, fue devuelto a los corrales por manso. PESOS: 539, 492, 483, 501, 497, 533, 481 kilos y 495.

URIEL MORENO “EL ZAPATA” (vainilla y pasamanería):

Silencio y saludos.

ANTONIO FERRERA (azul rey y oro):

Oreja y oreja protestada.

MORANTE DE LA PUEBLA (canela y azabache):

Oreja y pitos

OCTAVIO GARCÍA “EL PAYO” (marino y plata):

Silencio y palmas tras aviso

INCIDENCIAS: Se retiró el monosabio Porfirio Sánchez, tras 60 años de actividad. La Porra Libre entregó un trofeo al triunfador Ferrera, en el centenario del nacimiento del maestro Carlos Arruza.

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