2020 año de reaños

EDITORIAL (PROGRAMA LA DIVSIA DEL 06 ENERO 2019)

PEDRO J. CÁCERES

2020 año de reaños

El 2020 ya está aquí y se empiezan a barruntar acontecimientos, a medio camino entre ilusión y nostalgia.

Hace tiempo hablábamos con Jesulín que anunciaba en 2019 iba a torear una corrida testimonial en Morón, “la corrida de primavera” y posiblemente, ya lo anunció, aquí, en La Divisa, un par de cositas al final de temporada para preparar el terreno de cara a este 2020 en que se cumplen 30 años de su alternativa.

Los guarismos cabalísticos, 20/20 –del año- y 30 (de matador de toros) parecen idóneos para una campaña de efemérides de pretensiones calculadas.

No es un secreto, él lo confesó, aquí en La Divisa, que está tentando a Rivera (Paquirri) y Espartaco para torear una goyesca conmemorativa, puesto que Espartaco fue padrino de Rivera y Jesulín el testigo, hará 25 años; otro número cabalístico, de esos mágicos que mueven conciencias y renuevan ilusiones.

Es más, en aquella ocasión y en este programa  entrevistamos a Espartaco con motivo del homenaje de Olivenza en su 40 aniversario de alternativa, y el MAESTRO, el evento goyesco, lo veía con buenos ojos.

Pero habrá más acontecimientos que, mestizando unos casos y unas causas con otros, pueden ser incentivos notables.

Por ejemplo que el 2020 será para Enrique Ponce el aniversario de 30 temporadas ininterrumpidas de matador de toros, y ahí arriba.

¿Hará algo especial? Se supone que sí, como ocurrió en 2010 con el “Ponce año 20”.

Y que posiblemente la magia de estos guarismo haga elucubrar si será una temporada de despedida con sucesos sonados.

Por otro lado, se supone (al menos lo deseamos la afición) que el 2020 podría ser el año de la reaparición de Talavante.

Son tan sólo cábalas, especulaciones con algunos visos de verosimilitud. Sobremanera en lo que atañe a Jesulín, Ponce y Talavante.

Sólo faltaría, ante tales aventuras, que José Tomás se lo jugara al 20/20 para hacer campaña, más allá de bolos tan estratégicos como puntuales y escasos. El que Garzón se hayaa hecho con Córdoba, puede ser una primera piedra de toque.

Todo ello eran rumores en febrero de 2019, cuando se habian anunciado ya las ferias de Valencia, Castellón, Olivenza, el inicio de temporada en Madrid y empiezaban a saberse cosas de Sevilla y… más de lo mismo, se argumentaba entonces:las figuras por su lado (la “champion” la juegan 4), la clase media rellenando fechas y los maduros emergentes más los jóvenes componiendo ternas que se intentan vender con grandilocuentes proclamas dirigidas a los aficionados, pero que como dijo, en su día, Jesulín caben en un taxi, y al final en la reseña lo de “media plaza”…de aforo. Y no es que las figuras garanticen el “no hay billetes”, ni mucho menos.

Afortunadamente, el desarrollo de la temporada se ha encargado de romper esos pronósticos de malos augurios y despierta unas expectativas de mayor hondura que las meras efemérides.

La eclosión de Ureña, Ferrera, Pablo Aguado, Cayetano, DeJusto, A.Lorenzo…incluso la “reaparición” (entre comillas) de Roca Rey en plenitud tras más de media temporada en el dique seco junto con el mantenimiento a un gran nivel de las figuras tradicionales donde ni Perera, Ginés y Castella quieren, y lo han demostrado, no quedarse atrás, hacen de 2020 un año de reaños. Bueno para La Fiesta en tiempos convulsos extramuros e intramuros.

Y, esto es lo que hay. Esperando, con esperanza al 2020.