Enrique Ponce: “El valor de un torero no se mide en función de cuántas veces te coja un toro: yo nunca he llevado a gala ninguna cogida"”

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Enrique Ponce: “Nunca dudé en que volvería a torear, pero volver así me devolvió la moral y el orgullo torero”


Entrevista en exclusiva con Enrique Ponce en medio de su campaña americana y tras finalizar un año en el que, a pesar de las heridas, ha conseguido mantenerse en la cumbre del escalafón en su año 29 de alternativa. 



Ha cumplido su temporada número 29, es la máxima figura de toda una época y el torero más importante de la historia. Ha sido una temporada en la que no ha sido fácil remontar por la cornada de Valencia en el mes de marzo, pero su reaparición fue apoteósica con un tremendo éxito en El Puerto. Buenas noches, torero.


Buenas noches.


Una temporada para estar orgulloso de ser torero y de ser Ponce.


Sí, más allá de los triunfos en la plaza, que también, pero superar ese percance tan grave de Valencia, con esa rodilla destrozada, es algo para estar orgulloso. Nunca dudé que volvería a torear, era consciente de la gravedad de la lesión y de lo que podría suponer, pero la rehabilitación fue exitosa totalmente. Haber conseguido reaparecer en cuatro meses y medio, marcándonos unas pautas y haciendo todo como lo teníamos planteado, fue un orgullo. Volver en El Puerto con ese triunfo, con el toro del indulto, ha sido un éxito absoluto del que me siento muy orgulloso al haber podido superar algo tan grave.


¿Es la temporada más sufrida pero más gozada?


Sí, aunque ha habido otros percances graves, y la cogida de Valencia de 2014 fue una cornada muy grave. En este caso nunca había estado tanto tiempo sin torear y mi vida no corría peligro, pero la lesión podría haber acabado con mi vida como torero. El sufrimiento fue grande, porque no pude ni dormir a gusto durante dos meses. La verdad que sí que fue dolor y gloria. Gracias a Dios, pudimos salir de todo, y gracias al doctor Villamor, superé una operación muy compleja. No me operé antes porque era una operación muy compleja, en la que primero tenían que operar una cosa y luego otra. Era muy difícil y complicado. Fueron cinco horas de operación, una reconstrucción absoluta de una rodilla destrozada y fue muy difícil todo. Luego llegaron éxitos importantes, y como si nada hubiese ocurrido, llegaron éxitos rotundos.


Has tenido siempre una cabeza bien amueblada. Esta entrevista la estamos grabando cunado ya has llegado a México camino de Guadalajara, donde vuelves a uno de los escenarios más preclaros, dentro de ser el consentido del país. El año pasado por estas fechas tenías el ligamento cruzado roto, ¿no curarse bien al final pasó factura máxime de la cornada de Valencia?


El ligamento cruzado estaba dañado, pero si me hubiera operado hubiese perdido toda la temporada y hubiese reaparecido para el mes de junio. Eso es lo que a mí me preocupaba, tener que operarme y perder la temporada americana. Con el doctor Villamor se valoró todo eso desde el primer momento, y se vio que tenía el ligamento cruzado anterior roto. Yo hablé con él y le dije que no quería operarme y que si había otra solución, ya que si me operaba iba a perder toda la temporada americana. Estoy contento por todo ello, pero la corrida de Fallas tuvo el fallo del ligamento cruzado, que al caer de esa altura fue culpable del destrozo tan grande. Es cierto que al no tener el ligamento cruzado bien, la rodilla pudo fallar, pero no me arrepiento de lo que hice. Por no haberme operado toreé todas esas corridas y fue una temporada americana espectacular. Manizales fue un éxito, la Plaza México también… y no me arrepiento.


Además, se me ocurre no una maldad sino una constatación de los hechos: has hablado de León, me acuerdo una en Alicante, otra de Valencia… hay que callar las bocas que decían que para que un toro te pillara te tenía que tirar un pitón.


Están equivocados. Al torero le tiene que coger el toro, y es el riesgo que hay que asumir, pero hay que intentar que no te coja. A mí me ha cogido demasiado, por cómo yo interpreto el toreo. No cabe duda que estando delante del toro te cogen, se te cuelan… pero hay veces que tú puedes asumir grandes riesgos y no te cogen. El valor de un torero no se mide en función de cuántas veces te coja un toro. Nunca he llevado a gala ninguna cogida. No las quiero ni ver.


Nos conocemos desde hace más de treinta años y vas a empezar el año treinta. Con motivo del año veinte, hiciste una espectacular temporada con puesta en escena y los más allegados creíamos que llegaríamos al año treinta, ¿Qué preparas?


Voy a cumplir el 16 de marzo treinta años de alternativa y esta será la temporada 31. No me he planteado nada en especial. Sería bonito celebrarlo de alguna mantera. El hecho de torear una temporada especial sería lo maravilloso, que después de treinta años pueda hacer una temporada completa. Quiero hacer el año de principio a fin, eso es lo que tengo en la mente. En México torearé veinte corridas de toros más las de Colombia, y eso nadie lo ha hecho con treinta años de alternativa.


Esperaremos al año cuarenta. Yo recuerdo que en el año 20, con Paco Villaverde, con Prieto en la Diputación de Valencia… y recuerdo una frase tuya: que no se te había acabado la afición, sino el permiso. Supongo que tienes prórroga como en la mili.


Ya me han dado por imposible. Las niñas van creciendo y se van dando cuenta de todo, y a veces son ellas las que más sufren, pero ven que es lo que su padre siente. Pasar tiempo fuera de casa es lo que peor llevan, y van creciendo y van viendo el peligro. Este año lo han visto muy de cerca, sobre todo.


Y ya con consciencia.


Sí, claro. Pero aunque uno no quiera decírselo, saben que está ahí. El caso por ejemplo como el de Mariano lo ven también, han visto el peligro que entraña esta profesión y lo que es esto. Quieras o no, las niñas se dan cuenta. Yo nunca había visto en mis brazos la muerte de un hermano, conmigo más de treinta años. La tarde fue muy complicada, pero lo de Mariano fue el momento más duro que he vivido en mi vida.


Afortunadamente se está recuperando, el pasado viernes sacábamos una noticia sobre ello y no me queda más que preguntarte por el año treinta, ¿Castellón u Olivenza y Jaén?


Sí, y si no es Jaén en Zaragoza. Mi intención es estar en todas las ferias y estoy abierto a todo. Luego otras cosas son las contrataciones, pero mi idea es esa. Ahora voy a Cali, Perú, Manizales, Bogotá, y unas veinte corridas en México solamente.


La pregunta o la afirmación que me hacen amigos cuando hablamos de ti como la figura del toreo de la historia es que te valen los vestidos de hace veinte años.


Físicamente me encuentro bien, y sí, me valen. De hecho el otro día apareció por ahí en el armario una calzona que era del año 97. Me la puse y me quedaba perfecta. Me mantengo igual, incluso más delgado que en alguna otra ocasión. Me encuentro bien.


Y eso no es solo que te estés nutriendo a base de verduras.



Como de todo. Genéticamente, no me puedo quejar. Me cuido en las comidas, pero como de todo. Cuando estoy en temporada fuerte, a veces hay veces que no tengo hambre y me esfuerzo a comer para engordar un poquito. Me mantengo muy bien, siempre igual, como de todo, aunque no paro: en tentaderos, haciendo ejercicio… tampoco me mato, pero soy muy activo. 

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