Juan Ortega, tras el segundo de la tarde, señaló al micrófono de Toros que “creía que el animal iba a durar más, pero se paró y sólo aguantó diez o doce muletazos. Quería mucha suavidad y llegar con la bamba de la muleta al hocico, pero costaba mucho trabajo con el viento”.
Escribe tu comentario