Joaquín Galdós: “Llevaba tiempo llamando a la puerta de las Ferias y creo que dejé mi sello en Sevilla, pero sin espada”

Joaquín Galdós: “Llevaba tiempo llamando a la puerta de las Ferias y creo que dejé mi sello en Sevilla, pero sin espada”

“Había que lucir a mi primer toro y darle ese sitio, pero le faltaba empujar por abajo”, analiza el torero peruano tras su cita en la Real Maestranza en la que estuvo a punto de tocar pelo de no ser por la espada.

Seguimos repasando los grandes acontecimientos que se han dado en Sevilla. Hemos escuchado a Juli, a Roca Rey… y sin cortar orejas cayó de pie el peruano Joaquín Galdós. Fue una brillante presentación maestrante. Torero buenas noches.

Buenas noches.

Fue con la corrida de Torrestrella. Se veía venir tras un momento extraordinario y soñabas con Sevilla y con una tarde que, de no ser por la espada, hubiese sido redonda.

Sí, creo que llevo tiempo llamando a la puerta de las grandes ferias y llegó la cita esperada por mí durante mucho tiempo. Es verdad que pude torear un toro por momentos como me gusta y la afición de Sevilla vibró conmigo. Es una pena haberlo pinchado, pero esa vuelta al ruedo me emocionó de verdad. Me sacó a saludar con gran cariño.

Hablábamos con Emilio de Justo y contábamos cómo Sevilla capta el buen toreo y valora todo lo que se hace. Por ejemplo el capote, cómo te jadearon los lances a la verónica…

Sí, Sevilla es una afición maravillosa y muy receptiva a todo lo que tú quieras proponerle. Siempre está expectante. Luego te juzga con los silencios o con ese calor. Lo que se vivió en la plaza en mi caso fue emocionante por eso. Sevilla me juzgó sin prejuicios. Creo que es lo más bonito del toreo. No siempre ocurre con los periodistas o con los aficionados que van con un prejuicio a ver los toros, sin embargo Sevilla me demostró abiertamente lo que vio.

Hubo varias claves en la faena de muleta: eran muy importante los primeros compases de dejársela muy puesta, de traerlo muy enganchado desde delante y puesta siempre en la cara para no dejarle pensar.

Sí, el toro tuvo sus matices tanto positivos como negativos. Creo que había que plantearle la faena correcta y había que darle ese sitio. Le faltaba empujar por abajo, había que aprovechar esa inercia para intentar crear con ella las tandas lo más rematadas posibles. Los toreros sabemos que eso es un arma de doble filo, porque el público puede tomar partido por el toro, pero traté de darle ese sitio al animal y lucir ese galope tan bonito. A la gente le emocionó eso. Creo que supe crear en corto.

Supongo que os habéis felicitado mutuamente los dos peruanos…

Sí, me escribió Andrés por la noche. Lamento haberlo pinchado. La faena estaba en un momento álgido y un espadazo habría cambiado las cosas. No suelo pinchar toros que cuajo, pero tocó en Sevilla. Ahora toca aprender del error, de haberme precipitado a la hora de matar y demostrar que soy capaz de matar bien, como lo hice en el primero.

Ahora te espera una temporada bonita por delante después de lo cosechado del año pasado: Madrid, Granada, Algeciras…

Sí, todas las temporadas tienen sus cosas positivas y duras a la vez, como sitios donde te gustaría estar y no estás. Tienes que tratar de vivir las fechas que tienes como si fuesen el último día. Tengo mucho que decir y que expresar como artista. Es cierto que tengo cosas que aportar como torero y eso te da mucha moral. Ahora mismo solamente pienso en Madrid, pero ya vendrán días importantes.