Sebastián Castella: "Horroroso se merecía la vida y yo salí igual que el toro: con la máxima verdad en todo momento"

Sebastián Castella: "Horroroso se merecía la vida y yo salí igual que el toro: con la máxima verdad en todo momento" 

"Horroroso se merecía la vida y yo salí igual que el toro: con la máxima verdad en todo momento. Sé que con la mano izquierda no lo pude torear como lo siento porque a mí me molestó mucho el viento; con la mano derecha sí pude expresarme", analiza el torero francés diez días después de cuajar a "Horrososo" de Jandilla en Valencia.

Ha sido uno de los grandes sucesos de unas Fallas que han tenido cosas muy positivas. Está probado que es uno de los toreros que durante los últimos años ha dado el do de pecho, pero este 2019 parece que todavía quiere más. Sebastián Castella, buenas noches.

Buenas noches.

Felicidades y enhorabuena. Nos hiciste disfrutar con ese toro en Valencia.

No tuvo nada de Horroroso, fue un gran toro, lo toreé a placer. No fue fácil porque había un vendaval tremendo y eso condicionó mucho la tarde para poder hacerle mejor las cosas a los toros, para torear más con los vuelos y darle más distancia en algunos momentos. Cuando le das distancia, el animal va mejor, pero con ese vendaval es imposible. Había que quedarse en el sitio, con la muleta muy abajo y había que ir con fuerza más que con pulso por el viento. Aun así, pude disfrutar. El primer toro tenía sus cosas muy complicadas y lo metí en la canasta, pero la pena fue el pinchazo. El segundo toro fue grandioso. Yo creo que se merecía el indulto por la bravura que tuvo desde que salió de los chiqueros. No paró de embestir con la misma verdad hasta que le metí la espada. Luego hay matices y detalles, pero si le pedimos a un toro que sea bravo, ese lo era. El animal derribó además en dos ocasiones al caballo. Para mi gusto, se ganó la vida, pero el presidente no lo vio oportuno. Yo me la jugué mucho con los tiempos y hasta el último momento hice las cosas para cuajar al toro, muy de verdad y muy sentido, por abajo, obligando al animal para mostrarlo tanto al público como al palco. Es una pena porque sinceramente creo que se merecía volver con vida al campo.

Faena de dos orejas: hablábamos con Borja Domecq, que estaba muy molesto con el palco, pero estaba agradecido porque las manos del torero influyeron una barbaridad.

Le agradezco las palabras. Yo salí igual que el toro: con la máxima verdad. Es cierto que con la mano izquierda no lo pude torear a gusto porque a mí me condicionó el viento. No pude torear como lo siento por ese lado. Por la mano derecha, donde domino más la muleta, sí. El toro, dentro de que no encontré ese punto de estar a gusto, toreé con el alma y a placer. En muchos momentos de la faena yo me olvidé de todo y no sabía ni dónde estaba, había perdido la noción del tiempo. Cuando veía a la gente que pedía el indulto, miraba a la presidencia pero no la encontraba hasta casi al final y me dijo que lo matase. Fue algo muy emocionante. Hice lo posible para indultarlo, algo que me da mucha pena. Hay que ser sensible con esas cosas. El año pasado en Vinaroz me negué a matar el toro y el presidente, por lo que pasó ahí, puede que lo hiciese. En Valencia no busqué el indulto, sino que éste se lo mereció el toro. Yo me entregué igual que él y la plaza también se entregó unánimemente.

Has tenido un comienzo pletórico de temporada. Llevas muchos años arriba del escalafón,en figura del toreo, y este año empezó con Illescas, Olivenza, Valencia… irrumpiendo con mucha fuerza.

He echado una temporada muy buena en América, especialmente en México, donde he estado presente y donde he toreado más. He cuajado muy importantes faenas, y sé que las tardes que he tenido me han valido. He cuajado toros, pero por culpa de la espada no he tenido un triunfo rotundo. He llegado con el poso de la temporada invernal, con ese toreo que llevo dentro y en esas primeras tardes, sobre todo en Olivenza y en Valencia, me he podido expresar y además he matado a los toros. En Illescas fue una faena más de imponerse que de torear a placer. También fue una tarde importante y bonita, pero sobre todo en Valencia y Olivenza me solté, toreé a gusto, con la yema de los dedos… y eso es lo que quiero hacer esta temporada y espero que sea así.

Además, un año de apuestas: en Sevilla con la corrida de Miura. Nos ha sorprendido agradablemente a todos porque es una apuesta muy fuerte.

Sí, lo es. Cada año intento hacer algo distinto. Te pones retos a ti mismo. Te tienes que volver a encontrar y te tienes que superar. Esos retos hacen que vayas mehor y te dan la oportunidad de engrandecer tu carrera. Sin apuesta no hay nada. Aquí estamos para cumplir en las plazas. En Madrid voy a torear tres tardes este año.

En Madrid fuiste el primero o segundo que no le hiciste ascos al bombo. Eso también es otro riesgo.

No es riego, es parte de la organización del toreo y de cómo tiene que ir evolucionando la tauromaquia. Dentro de unos criterios, se puede hacer todo. Hay compañeros que no han querido ir y es muy respetable, pero nosotros vamos creyendo que es muy positivo para la Fiesta. Luego hay detractores de todo, diciendo que se tenía que hacer con más ganaderías, pero eso ya es otro tema. Di mi punto de vista y ahí se queda.