Miura: corrida de lidia, muerte y matadero

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Ruben pinar en pamplona


Miura, corrida de lidia, muerte y matadero



Y el remiendo de FuenteYmbro también. Tan sólo los recursos de Rubén Pinar sirvieron para dar una vuelta tras petición. El momento de Pepe Moral saludar una ovación y el oficio de Rafaelillo salvar los muebles.


LA CRÓNICAA DE PEDRO J. CÁCERES




La disposición y entrega de Rafaelillo fue su principal activo en un 1º de Miura de corto viaje y derrotando. No buscaba ni desarrollaba sentido, pero no válido para pegar pases, no tuvo ni uno, simplemente lidiar y mostrar profesionalidad. Estocada y varios descabellos.

Las circunstancias del reconocimiento de la mañana hicieron que solo se lidiaran 5 de Miura y uno de Fuente Ymbro, que andaba por los corrales, por supuesto con 620 kilos. El “caramelo” le tocó a Rafaelillo que pronto se hizo el ánimo y le saludó rodillas en tierra con el capote. El toro llegó a la muleta con no mala condición, pero lastrado por el peso para desarrollarla. Rafaelillo lo intentó todo, pero aquello no podía ser ni para el toro, ni para el toreo ni para el público. Lo mató, por derecho, al segundo intento.



Bien le ganó los medios, con el capote, Rubén Pinar al Miura 2º. En banderillas, Ángel Otero protagonizó un buen tercio a un animal que llegó a la muleta cambiando su aptitud bondadosa por descomposición de viaje corto y cuello ágil. Con tal material, Pinar se mostró firme e inasequible al desaliento para robarle algún pase al uso y matarlo con habilidad a la primera para saludar una ovación.

El 5º tenía hechuras de vaca vieja. Impresentable para la llamada “Feria del Toro”. Con esas hechuras tuvo un comportamiento de “cabra loca”, unas veces se dejaba, otras perdía las manos y otras (las menos) “cabroneaba” recordando su hierro. Pinar aprovechó las pocas fases toreables del funo para darle pases, y el resto expresar su disposición para en definitiva estar muy por encima del “espécimen” y captar la atención del público que tras estocada y descabello le pidió la oreja que el de Bildu, en el palco, redujo a vuelta al ruedo.



Llegaba Pepe Moral con gran ambiente a Pamplona tras sus éxitos recientes y el buen recuerdo de sus pasos anteriores por esta plaza. Ya se había hecho presente en el quite al toro anterior de Pinar y saludó por 3 veces de rodilla al 3º de la tarde para luego proseguir con brillantez con el capote tanto en la lidia como en el toreo. Bien banderilleado por Juan Sierra el Miura llegó a la muleta con mucha movilidad; informal, pero moviéndose. Con nada de entrega obligó a Moral a hacer un sobreesfuerzo ante su decisión de torearle como si el animal fuera bueno. D este modo podemos rescatar, además de la firmeza y compostura, algunos muletazos muy estimables con la izquierda. Lo mató con seguridad y saludó una fuerte ovación tras una tímida petición de oreja.

El 6º era de la NBA, y ni en el caballo descolgó por lo que el tercio de banderillas fue una odisea. Y en la muleta, corto y soltando la cara alta, Pepe Moral le echó pundonor para robarle, al me quito, me pongo, los pases que pudo. Se demoró con la espada.


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