El portugués, que el pasado año toreó 21 festejos, la mayoría en su Portugal natal, es una novedad en Madrid, y con ese atractivo llega a esta feria. Se le canta la pureza y se le presupone el oficio con que cuentan todos los rejoneadores lusitanos que emprenden el camino europeo, pero es una incógnita su respuesta ante la primera plaza del mundo. De momento, La Palma fue el primero de los dos paseíllos que lleva en 2018 y fueron tres orejas las que paseó el portugués. Habrá que confiar en él.
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