Domingo de Peraltas: Ventura, Lea, Sergio, Andrés, Fermín… y Rafaelito

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EDITORIAL

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Programa LA DIVISA (16 de abril 2018)

Pedro J. CÁCERES


Domingo de Peraltas: Ventura, Lea, Sergio, Andrés, Fermín… y Rafaelito


Poco más de una semana después del fallecimiento del “Centauro de La Puebla” (D. Ángel Peralta) no sólo no se han apagado los ecos de su grandeza, sino que su legado sigue vivo, muy vivo.

Grandes reportajes, el sábado, en Canal Sur y magnífico recordatorio en el Tendido Cero de TV1.

Y el domingo, “domingo de rejones” en Sevilla: en “su” Maestranza (donde fue el primer rejoneador en cortar un rabo) y en Espartinas.

Allí, su mejor producto (20 años en la cumbre del rejoneo), Diego Ventura tiró de raza para fiel a sus principios quedarse fuera del abono sevillano y contraprogramar con una encerrona a pocos kilómetros del Baratillo que fue todo un éxito.

Apoderado por la Casa Lozano me recordó, la gesta de Ventura, a la “guerrilla” de El Cordobés y Palomo cuando plantaron cara al monopolio empresarial.



Y no fue una hazaña cualquiera por encima del espectacular resultado de ocho orejas, dos rabos y acabar el papel días antes. No. Su reto era enfrentarse, rizando el rizo, a hierros no habituales en festejos de toreo a caballo (salvo uno de Los Espartales) , ni siquiera toros de cabecera de las figuras a pie, sino hierros “malditos”, descatalogados, como Prieto de la Cal, Partido de Resina, Pallarés (Santa Coloma) o “nuevos en esta plaza” como el suyo propio o el Guiomar de Moura. Pese a la lluvia molesta, 20 caballos en acción y en todos triunfó, incluso en el descastado santacolomeño en el que por única vez se atascó con el rejón de muerte.

Gran surtido de suertes, clavar sin cabezada, mató un toro a estoque y dio cancha a forcados y sobresalientes con los que compartió tercios.



“Puro Ventura, puro Peralta”. El heredero. Porque en el Rancho el Rocío los hermanos Ángel y Rafael no solo criaban, y crían, caballos y toros (guardianes, hasta que pudieron del encaste Contreras en estado puro) sino que se afanaban en cultivar cantera.

Primero fue el padre de Diego, Antonio, al que le convencieron para anunciarse en los carteles como Joao eclipsado por el emerger precoz y fulgurante de su hijo.

Consolidado como figura de época Ventura, lo intentaron con la francesa Natalie, fugaz, y recientemente, hasta sus últimos estertores, progresando a cotas muy altas la joven Lea Vicens.


Y con la francesita en el albero maestrante el homenaje póstumo en la Real Maestranza, que además lo es de Caballería.

Luto riguroso en su chaquetilla, crespón en antebrazo izquierdo, brindis al cielo, primero, y después a Encarnación, la viuda de D. Ángel. Y por supuesto la suerte de “la rosa”.

Y Sergio Galán, ortodoxia en estado puro, como le gustaba a Ángel, sin martingalas ni gamarras imperceptibles, le homenajeo con banderillas a dos manos del que el Centauro fue su inventor. También quiso poner una “rosa”, pero cumplido el cupo, esta vez el presidente se puso estrecho y no dio su permiso.

Y el joven Andrés Romero, que a la postre fue el triunfador. Y el hijo de su gran amigo y compañero Fermín Bohórquez con su excelente encierro, también se sumó al homenaje en este domingo de rejones sevillano “Domingo de Peraltas”.



Sí “Domingo de Peraltas” porque Canal Toros tuvo el acierto de invitar como comentarista televisivo del festejo al hijo de Rafael y sobrino de Ángel.

Otro Peralta, que en la versión polifacética de la estirpe ha cogido el testigo de la poesía, la comunicación y el “savoir faire”.

Un despliegue de conocimientos del caballo, los caballos, la cría caballar y el bello arte del rejoneo. Tan abrumador como estratégicamente dosificado. Apabullantemente ilustrativo, sin presunciones de erudito, con naturalidad. Dominado los tiempos del comentario y dueño total y absoluto de sus silencios. Nada que ver con una wikipedia parlante.

Asumiendo su papel, eligiendo minuciosamente los terrenos y conjugando distancias, altura y velocidad. Sobrio en el tono, pluscuambrillante desde la sencillez de la naturalidad.

Un hallazgo el de éste “Rafaelito” o “Rafita” o “Rafa”, que para mí siempre será el hijo de mi gran amigo y mejor compañero (Rafa o Rafael) y un digno heredero de D. Ángel.



Los Peralta. Como ripiaba en su bohemia Paco Dorado: “Don Rafael el más chico y D. Ángel el mayor; cuando van a caballo son igualitos los dos”.

La saga de “fenómenos” continúa.



Gran domingo de rejones en Sevilla. “Domingo de Peraltas”.

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