Si no pasa nada, todo mucho más cuesta arriba e incluso el invierno se hace más largo, frío y duro. Con un triunfo afrontas el final de temporada con un sabor de boca inigualable.

Iván Vicente: “Gracias a Dios que existe el verano madrileño para toreros en mi situación“

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JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO


Iván Vicente hará el paseíllo el próximo domingo en Madrid: el torero capitalino se enfundará el capote de paseo por tercera vez esta campaña, las tres en la primera plaza del mundo. Así de ingrata es la realidad.


¿Cómo te encuentras como torero y como persona? ¿Cómo se encuentra Iván Vicente física y mentalmente?


El año se presentó muy ilusionante, porque estar anunciado dos tardes en Madrid era crucial, y así me lo tomé. Desgraciadamente, para mí y no para mis compañeros, no rompieron los lotes. En la goyesca salió un toro bueno a Juan del Álamo al que le cortó la oreja; en la segunda tarde de Baltasar Ibán salió un toro de triunfo gordo, que fue el de Alberto Aguilar que es el que se ha llevado muchos premios. Desgraciadamente no cayeron en mis manos, pero ahora tengo la tercera tarde en la temporada que me ilusiona mucho en cuanto a la corrida por fecha –a pesar de ser de temporada es de verano- . Gracias a Dios existe el verano madrileño porque yo me he hecho así, mis temporadas se han basado ahí.


La falta de festejos en toreros de la clase media está abrasando vuestra esperanza. Y es un problema que hay que solucionar por vuestro bien y por el bien de las plazas de tercera que necesitan veros…


Estoy de acuerdo. Un dato curioso es que las tres corridas de esta temporada van a ser en Madrid. Eso antes era impensable. Antes tenías que torear en los pueblos para ir a Madrid, ahora como no estés en Madrid en los pueblos no te hacen ni caso. Me siento un privilegiado. He tenido años de no vestirme de luces ni en Madrid ni en los pueblos.


Y la dignidad ha sido seña inequívoca de la carrera de Iván Vicente…


Otra cosa no, pero yo he ido por derecho desde el primer día. He estado tres años sin vestirme de luces, pero yo nunca he estado retirado. A ofrecimientos y proposiciones e indignas no he tragado, por eso me he tenido que quedar en mi casa.


Una mota de esperanza es la corrida de Lagunajanda, en buen momento, de una rama madre con garantías. 

Muchos darían todo a una tarde por anunciarse con este hierro en Madrid.


Ojalá. Es una ganadería muy importante. Estamos hablando de la ganadería madre de otras muchas. También hay que ser consciente de que estamos hablando de Madrid, y puede ser que mates dos sobreros de otro sitio. Hay que estar contentos, hay que estar ilusionados y mentalizados de que uno va a Madrid y tiene dos toros. Si son de Lagunajanda, encantado. Que son de otro hierro, pues también. Al final la suerte está ahí y si te tiene que embestir uno, lo va a hacer.


Si pasa algo, ¿qué? Y lo más duro, si no pasa nada, ¿qué?


Si no pasa nada, todo mucho más cuesta arriba e incluso el invierno se hace más largo, frío y duro. Con un triunfo afrontas el final de temporada con un sabor de boca inigualable. Sobre todo, con la vista puesta en el arranque de la siguiente temporada que se pone más fácil para posicionarte en la mente de los aficionados y de algún empresario que realmente quiera hacer cosas por toreros que nos intentamos abrir camino que nos jugamos todo a una carta.




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