Juan del Álamo: " Me sabe a gloria la oreja; puntuar con este tipo de corridas no es nada fácil"

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" Me sabe a gloria la oreja; puntuar con este tipo de corridas no es nada fácil"


" No fue una tarde fácil porque la corrida salió exigente y habia que estar muy firme con ella"




Entrevista por Alejandro Martín Crabias


Quien golpea primero da dos veces. Uno de ellos fue Juan del Álamo, siendo el primero en cortar el primer trofeo de la Feria de San Fermín a un toro de José Escolar. En una tarde en la que Fernando Robleño resultó herido y Borja Jiménez también.


 ¿Qué tal estás de la pierna? Me imagino que resentido.


Es un esfuerzo porque apenas pasaron 15 de la cornada que tuve en Colmenar. Pero en la plaza con la tensión no lo notas, pero después llega el achaque y ahora me duele la herida. Pero tengo días por delante para ir al fisio e ir recuperando poco a poco.


¿Pensabas en algún momento que no llegabas a Pamplona?


La cornada fue muy dura, la primera semana la pasé en el hospital, pero la caída fue peor porque tuve muchos mareos y no me podía prácticamente ni reincorporar para comer y tuve muchos dolores de espalda. Eso no me dejaba claro saber si podía llegar a Pamplona. A raíz del alta empecé la rehabilitación con el fisio y me fui encontrando bien. Poco a poco fui viendo la luz al final del túnel. Muscularmente no sentía el dolor y no me quedaba más remedio que tirar con las grapas y siempre tiene tirantez.


Una oreja que sabe a gloria ahora mismo.


Fue por cómo se fue dando todo. Nada más empezar el maestro Fernando Robleño le pegó una cornada muy fuerte. Ese toro fue imposible, un toro muy difícil. Fue una tarde difícil porque la corrida fue exigente, para estar muy firme con ella. Puntuar en una plaza de primera como Pamplona no es nada fácil y más con ese tipo de corrida. Pero fueron sensaciones muy buenas me quedo con ese triunfo que me sirve mucho de cara a la temporada que viene.


El sexto no valió nada.


 De primeras tuvo movilidad, pero nunca se empleó y luego no quiso tirar para adelante. No fue un toro malo, pero se paró y claro así es imposible.  Y desluce un poco lo que podía haber sido una tarde todavía mejor. Podía haber abierto la puerta grande. A pesar de ello me quedo con lo bueno, y lo malo siempre se aprende.


De momento, tienes una corrida en América. Esta oreja y la Copa Chenel te deben de ayudar a sumar contratos.


 La Copa Chenel me dio me dio mucho, pero te condiciona el hecho de no pasar por Madrid.  Es una parrilla de salida importante porque de ahí salen muchas corridas y el primer tramo de la temporada lo tengo difícil, está todo muy hecho. Ahora hay cosas en el aire, ojalá cuajen y pueda poco a poco ir metiendo cabeza en las ferias.


En septiembre podrían ser Salamanca y Madrid. Dos plazas talismán en la carrera de Juan del Álamo.


 En Salamanca he triunfado todas las tardes siempre que me han puesto. Un año indulté a un toro y la gente me quiere mucho. Tengo ambiente en mi ciudad y me haría gran ilusión verme en mi tierra. Tiempo al tiempo, a ver si se dan las cosas poco a poco. Y a Madrid le debo mucho. No estado incluido en estas dos últimas ferias de San Isidro y tampoco en el resto de temporada. Creo que me lo merezco y sería importante también para mi temporada.


Estamos viendo a un Juan del Álamo en versión más renovada. Hay otra ilusión.


 Al final se nota cuando uno lo ve claro. Me veo en buen momento y disfruto del toro, y eso se transmite. A pesar de que salgan las cosas o no, disfruto cada momento de mi profesión. No solo de la plaza, sino los entrenamientos de campo.  Cuando tengo la oportunidad de torear hago lo que siento, disfruto el momento y saco lo mejor de mí. Y eso, indudablemente, se transmite a la afición.


¿Qué plazos más o menos tienes para recuperarte al 100%?


 Al 100% no te sé decir. Si me dicen de torear mañana, toreo como sea. He ido a Pamplona también, no se cura en dos días. A priori no tengo nada y voy a tener tiempo para recuperarme bien. No te voy a decir un plazo fijo porque no lo sé, pero voy a tomármelo en serio. Estas lesiones hay que curarlas bien.


Si no me equivoco, de matador de toros, es el bautismo de sangre.


Sí, he tenido volteretas muy fuertes. De matador de toros no me había calado nunca el toro y tenía que ser más tarde o más temprano, porque al final te tiene que tocar. Son heridas de guerra, gajes del oficio.  Uno tiene que contar con ello y asumirlo.

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