Eugenio de Mora; "En otros años estaba como abanderado de la tierra y era un privilegio"
¿Cuáles son las sensaciones a un día?
Un poco por de nervios y de intranquilidad, porque se va a torear, ya llega la incertidumbre y la responsabilidad, evidentemente, y por otro lado con muchas ganas de que las cosas salgan y la gente disfrute con nosotros y sea una tarde de triunfo.
Evidentemente, Toledo, me imagino, a parte de Sevilla y Madrid, pesará.
Sí, evidentemente, porque es la plaza de mi tierra donde más me he prodigado, aparte de Madrid, donde he toreado muchas más tardes. Pero, Toledo es la plaza en la que soy habitual desde que empecé y donde tomé la alternativa. Y es mi tierra, lógicamente, no quieres decepcionar y que la gente no salga descontenta. Yo lo que quiero siempre es triunfar y hay ese plus de responsabilidad.
A parte de triunfar, pensará en cuajar un toro de verdad.
Sí, pero, las dos cosas van unidas. Siempre quieres cuajar a un toro y cortarles las orejas, eso es lo que buscas o cortar las orejas haciendo una faena muy redonda. Y en tu tierra, puede ser todo perfecto. Eso es lo que uno sueña. Y si no, buscarles la vuelta a los toros, hacer todo lo posible para triunfar.
¿Qué le ha dado Toledo?
Muchas satisfacciones. La principal, hacerme matador de toros en mi tierra; fue de los días más felices, si no el que más de mi carrera. Siempre me he sentido arropado y querido y he tenido tardes de muchas alegrías, triunfos y de reconocimientos, que es lo mejor que puede tener un torero en su tierra.
¿Se imaginaba una carrera como la que ha hecho?
No pensaba durar tantísimo tiempo, siempre me he planteado mi carrera muy a corto plazo. Lo inmediato era lo importante, la siguiente corrida lo principal, la siguiente feria, y nunca he pensado estar 10, 15 o 20 años. Todo ha ido viniendo como ha venido y yo me adaptaba a las circunstancias. En determinados momentos he estado muy arriba y mis ambiciones eran muy altas; competía con la gente de la cabeza y aspiraba a lo máximo y en otro momento, por las circunstancias, ha sido de otra forma. Y he peleado por seguir, por seguir contándolo, por seguir estando vivo. En cada momento, he tenido una prioridad que es la que mandaba en la actualidad, cada época.
Estás en otra etapa diferente. Los toreros son como el vino, cuanto más tiempo pasa, mejor torean.
La experiencia de tantas corridas, de tantos toros toreados, es una cosa que no tienes cuando empiezas. Eso cuesta mucho trabajo cogerlo y es cuestión de tiempo y eso no lo tienes cuando acumulas esa experiencia. Por otro lado, se pierde esa novedad que los públicos lo agradecen mucho y despiertas mucho interés. A nivel de contratación, novedad y llamar la atención, cuando eres menos nuevo y estás menos visto, es mucho mejor. Pero, bueno, por otro lado, ahora es otro tipo de cosas y sobre todo el echar la vista atrás de haber conseguido muchos de los sueños que tenía cuando empezaba, hace ya mucho tiempo.
Ahora Toledo tiene un apogeo de toreros.
Es para estar orgullosa, es una época gloriosa el nivel que están dando los jóvenes; es increíble cómo han estado en Madrid y prácticamente han acabado con el cuadro, sino si no fuera por Juli, Roca o Morante, que son los tres figuras que han defendido su estatus, la feria se la lleva de calle los toledanos. Es para sentirse orgulloso, porque la provincia de Toledo es muy torera, muy taurina, de toda la vida y ahora tenemos la suerte de tener un abanico de toreros muy buenos. En otros años estaba como abanderado de la tierra y era un privilegio. El futuro que tiene es para sentirse orgulloso.
Y orgulloso estaría Eugenio de Mora si en seis, siete años daría la alternativa a algún alumno, que ahora es profesor.
Eso ya sería el colmo de aquí a unos años todavía tener aguante y el privilegio de poder torear con alguno de los alumnos que están empezando a torear, y dar la alternativa seria bonito. Nunca se sabe.
Escribe tu comentario