Cuando me dijeron que iba a torear me dio mucha alegría, mucha ilusión y me pilló de sorpresa.
Las sensaciones, preveo, van a ser de muchos nervios, culebrillas por el estómago mientras me esté vistiendo de torero.
Hay que tener en cuenta que no toreo desde septiembre de 2019, y por mucho campo que se haga la plaza es otra cosa. Lo importante esa tarde es controlar esas emociones para que no te puedan.
Pese a los años de alternativa es como un volver a empezar.
Me motiva mucho que sea una corrida de Perera porque después de matar lo más duro y atragantón tras atragantón es de esperar que esta corrida deje ver, también, un poquito de vena artística.
Escribe tu comentario