José Mauricio (dos orejas) y Fermín Rivera (una) reivindicaron la fiesta en la capital

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PLAZA MÉXICO  TEMPORADA GRANDE



multimedia images MARYSOLFOTOEDITADA 7José Mauricio y Fermín Rivera reivindicaron la fiesta en la capital


Dos orejas para el capitalino y una para el potosÍno ante un serio encierro de Barralva


POR  MARYSOL FRAGOSO


Fotos cortesía Plaza México



El matador José Mauricio protagonizó durante la séptima corrida la máxima entrega de un torero que hasta ahora se ha presenciado a lo largo de la Temporada Grande en la Monumental Plaza México, sumando a la misma, su clase y sentimiento, cortó dos apéndices en su regreso a este coso, el cual no pisaba desde 2015. No fue posible que Fermín Rivera lo acompañara en la salida en hombros toda vez que, al haber pinchado, perdió la oreja de su primero, por lo que únicamente se quedó con la de su segundo, tras una faena en la que la determinación y la lidia fueron sus fortalezas. Ambos lucieron un toreo a la mexicana. Gracias a su desempeño, se reivindicó la fiesta brava en la capital del país, luego de los revueltos acontecimientos del anterior festejo. De vacío y entre pitos se retiró El Fandi, quien no redondeó sus labores. Sobresalió el encierro de Barralva, con origen en el encaste español Atanasio Fernández que, con impecable presentación y diversos matices, mantuvo en interés del público, el cual aplaudió tres toros en el arrastre, a razón de segundo, tercero y quinto.


José Mauricio Morett se le escurrieron las lágrimas al empezar el paseíllo. Aquello fue la primera muestra de la sensibilidad con la que volvió a pisar el ruedo tras cuatro años de ausencia. Los avatares que atravesó, de los que fue rescatado por un empresario que jamás perdió la fe en su toreo y que lo puso a torear todo el año en provincia; tuvieron su recompensa esta tarde en la que, como en su época de novillero volvió a ser aclamado por los aficionados, quienes desde los inicios de su primera faena se pusieron en pie para brindarle una ovación intensa y prolongada.


Morett Gurza enfrentó un toro con clase, que salió como tercero de la tarde. Este peleó con fuerza ante el picador. Tras dicho encuentro, el torero ejecutó un quite por chicuelinas. Su labor con la muleta la arrancó con un cambiado por la espalda, que ejecutó cerca de tablas, al que ligó una serie de pases por bajo, hasta llevar al toro a los medios, donde con serenidad, seriedad, temple y sobretodo sentimiento. Ejecutó un trasteo donde enganchó al toro para prologar las embestidas. Fue en ese momento cuando el público emocionado lo aplaudió en pie.  Las dosantinas abrocharon su desempeño. Entonces se sucedieron los pinchazos y dos avisos, antes que el toro doblara definitivamente. Dio vuelta al ruedo, mientras la gente lamentaba que hubiera pinchado al ejemplar, que recibió arrastre lento, al tiempo de malograr tan artística faena.


El sexto toro salió punteando la punta el capote y tuvo cierta violencia, la cual fue atemperada por José Mauricio que salió al ruedo determinado a cortarle las orejas al precio que fuera. Para ello, empleó el poderío ya que astado que ya había mandado a la enfermería al subalterno Sergio González, siempre estuvo al tanto de hacerle daño. Lo domeño en una muestra de valentía y sitio. De hecho, el burel lo prendió más adelante, pero el matador regresó a asestarle una serie de doblones para continuar luciendo al ligar los pases. Durante el embroque al entrar a matar el toro le pegó un encontronazo y una serie de pisotones que lo dejaron sin sentido. Había dejado media estocada en el morrillo. Justo cuando este dobló, José Mauricio volvió a la arena. Ante petición mayoritaria se le concedieron dos orejas.


También Fermín Rivera tuvo un estupendo regreso a este coso.  El segundo no contó con transmisión y presentó limitada fuerza. Pero Rivera resolvió la complicada papeleta, sin agobio alguno. Entre la paciencia y su oficio, fue obteniendo los pases al pisarle los terrenos a su enemigo, en una faena derechista. Los desaciertos con la espada le privaron de la oreja. En cambio, con el quinto, que se dejó, realizó otro trasteo en el que obligó al astado a tomar el engaño. Su meritoria labor, la remató al primer viaje con la espada, para cortar una oreja.


Ante el primero y cuarto toro, El Fandi tuvo labores de más a menos, pues si bien es cierto que su fuerte es la colocación de banderillas, muy pronto tiró por la calle de en medio, tras haber tomado la muleta. Su falta de actitud le fue recriminada ruidosamente por los aficionados.


FICHA

PLAZA MÉXICO

DOMINGO 15 DE DICIEMBRE. Séptima corrida de la temporada. Aproximadamente cinco mil aficionados en tarde apacible.

SEIS TOROS DE BARRALVALA, bien presentados. Recibieron palmas en el arrastre, el segundo, tercero y el quinto. PESOS: 507, 471, 520, 504, 502 y 468 kilos.

DAVID FANDILA “EL FANDI” (grana y oro):

Silencio tras aviso y pitos

FERMÍN RIVERA (carmesí y oro).

Ovación en el tercio y oreja

JOSÉ MAURICIO (gris perla y oro):

Vuelta y dos orejas.

INCIDENCIAS: Se despidió de los ruedos el subalterno Felipe Kingston. El banderillero Sergio González sufrió posible fractura de la muñeca izquierda, pendiente de radiografías.


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