Manuel Escribano: “Estoy feliz por pasar a la historia al ser el primer torero en indultar un Miura”

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Manuel Escribano: “Estoy feliz por pasar a la historia al ser el primer torero en indultar un Miura”


El diestro sevillano indultó un toro de Miura el pasado sábado en Utrera, haciendo historia al perdonar la vida por vez primera en 177 años a un toro del hierro de Zahariche en una plaza de toros. 


El diestro sevillano indultó un toro de Miura el pasado sábado en Utrera, haciendo historia al perdonar la vida por vez primera en 177 años a un toro del hierro de Zahariche en una plaza de toros. Manuel Escribano. Buenas noches.


Buenas noches.


Enhorabuena.


Gracias, la verdad que me sentí genial. Era una prueba de fuego después de la fortísima cornada de Madrid. Me había marcado esta fecha y reaparecer con una de Miura no es fácil, pero la verdad que todo esfuerzo tiene su recompensa y, aunque de fondo estaba mucho más acabado después de que estuve veinte días sin moverme, la verdad que todo fue bien. El primero de mis toros fue muy exigente, fue duro, no me lo puso fácil y aguanté bien. El segundo lo entendí muy bien, vendió cara su bravura y nos entendimos perfectamente.


No era una apuesta fácil la de la empresa por ser fuera de la feria de septiembre, aun así acudió la plaza a ver el encierro, ¿tras lo de Madrid te marcaste como objetivo principal esta corrida de Utrera?


Sí, me lo marqué. En 22 días reaparecí. Después de la cornada, llegué. La empresa hizo un esfuerzo con esa corrida, que tuvo su ambiente. Metió media plaza, que es todo un éxito. Tras lo de Madrid, vino mucha gente a mi reaparición. Creo que se me mide con ese rasero de ver que iba a ser capaz de estar a la altura marcada. No di en ningún momento sensación de apuro ni de no poder.


Fue gravísima la cornada de Madrid pero esa limpieza en el trazo del pitón te ha ayudado a llevar mejor la recuperación, junto a las manos del doctor Padrós.


Sí, les agradezco las manos que tienen, junto con las de mi preparador. Llegué al sábado pleno de confianza para poder hacer el paseíllo. El toro del indulto fue un animal al que le pude pegar muletazos que sentí muchísimo, muy toreado, roto, intentando llevarlo lo más largo y por abajo posible, y eso es gracias a la seguridad que yo tenía en mí mismo, de que estaba curado, de que estaba sano. Me preocupé de torearlo bien. Cada muletazo lo sentí.


Próxima cita: Azores, al igual que Soria.


La temporada sigue. Voy dando el paso que quiero y la trayectoria que quiero conseguir. Son dos tardes bonitas para seguir dando guerra.

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