El Premio Nacional de Cultura del que la Fiesta se siente orgulloso

Desde este número de Cultoro Magazine, mandamos mucha fuerza al ganadero Victorino Martín, que pasa unos momentos muy delicados de salud, y mandamos el ánimo para su pronta recuperación recordando los grandes hitos de su trayectoria. Recordamos, además, cómo sus Majestades los Reyes entregaron, en un acto celebrado hace unos días en la Catedral de Cuenca, los Premios Nacionales de Cultura correspondientes al año 2016, entre los que se encontraba el ganadero por su trayectoria.

Ha llegado a lo más alto desde muy abajo, sobre la base del respeto al aficionado, del culto a su toro, de la defensa de una tauromaquia basada en la integridad y la emoción. Victorino es hoy una leyenda de la ganadería brava de todos los tiempos. Estos galardones, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, agrupados por distintas áreas temáticas, tienen el propósito de fomentar las actividades culturales, entendidas como servicio a los ciudadanos, y para expresar el reconocimiento de la sociedad a la labor de personas o instituciones que, bien con sus obras, bien a través de su participación activa en diversos ámbitos de la creación artística o literaria, contribuyen al enriquecimiento del patrimonio cultural de España.

Comenzó su intervención Don Felipe señalando que "cultura significa creatividad e imaginación; significa historia y arte; literatura y lenguas; tradiciones e innovación. Pero para poder expresarse la cultura necesita la libertad. Una libertad que costó mucho a los españoles conseguir y que hizo posible nuestro anhelo común de convivir en democracia. Una convivencia democrática que fue el fruto de un deseo profundo, intenso y sentido por cada uno de los españoles. Y una aspiración alcanzada después de muchos sacrificios y esfuerzos y gracias al compromiso y la generosidad de todos. Un gran triunfo colectivo que es irrenunciable".

"Esa convivencia, en una democracia constitucional como la nuestra, solo es posible si las leyes que la regulan y organizan son atendidas y cumplidas por los ciudadanos y por las instituciones; si los derechos y libertades de los ciudadanos son tutelados y respetados por los poderes públicos. Por eso, ante quienes se sitúan fuera de la legalidad constitucional y estatutaria y fracturan la sociedad, estoy seguro de que los derechos que pertenecen a todos los españoles serán preservados; de que las libertades de todos lo