Daniel Ruiz: “Jamás he visto a El Juli como el otro día en Valladolid: jamás”

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Las cosas no son por casualidad, sino porque se trabaja. Fue un toro de Daniel Ruiz que en las manos de Juli provocaron sacar esa calidad. Se aproxima ese animal a la perfección. Lo indultó Julián. Daniel Ruiz, buenas noches.


Buenas noches.


Decía Justo Hernández que lleva tres esta temporada, ¿y tú?


Yo esta temporada llevo dos en plazas importantes como Ciudad Real y Valladolid. Lo de Valladolid fue la perfección de un torero y de una embestida. Yo he visto cien mil veces a Juli tanto en el campo como en la plaza, pero como toreó el toro de Valladolid, él dice que la faena de la temporada. El toro le gustaba a él porque conoce la ganadería a la perfección. Y cuando un torero conoce una ganadería, lleva el ganadero ganado la mitad con el torero. Al final, como ellos confían en la ganadería sacan el fondo de los toros. Yo creo que Julián es un superdotado. Lo de Valladolid hace mucho tiempo que no lo veo. No hablo con pasión. Estoy sosegado y lo he pensado mucho y lo de Julián López Escobar el otro día en Valladolid no lo he visto nunca.


Normalmente esta ganadería se dejan torear poco con el capote, porque gatean en un tanto por ciento elevado de los casos. Por el lado derecho, el toro se le viene para adentro. En el capote, Juli le hizo un quite en el que el toro embistió extraordinario. Le pegó un puyazo fuerte de Barroso, porque el toro tiene palmo y medio en el hoyo de las agujas metido. Lo llevamos a casa de Juan Ignacio Pérez Tabernero a curar y salieron los toros de carne suelta. Pero el toro ha comido y viene curado. Después de torearlo Juli reventándolo… por abajo. Las becerras en los tentaderos con quien se ven de verdad es con las figuras del toreo porque las asesinan. La becerra que es buena en un tentadero en manos de cualquier figura, es que la apruebas y la apruebas de verdad. Le sacan las tripas con la muleta.


Después de formarle un lío con la gente de Castilla que es muy fría, la gente se pone de pie y el presidente al principio no lo indulta, y este se saca el toro de la raya para afuera. Y lo estrujó, se lo sacó al platillo de la plaza y ahí, de pie, le echó la muleta a diez metros, sin tocarlo, dejando la muleta muerte, porque los toques descomponen el muletazo y el toro se enganchó en la muleta haciendo el avión con la quijada, la parte inferior, y el toro haciendo un surco. Le pegó seis o siete muletazos seguidos, le remató con el de pecho y lo indultó. Le pegó más además por la izquierda. Dice que es de las faenas de su vida.



No me estoy dando coba en mis años. Si el toro no cae en esas manos, el toro se muere y la gente no se entera. 


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