Ponce ofrece un "Crisol" histórico que acaba con el indulto a "Jaraiz"

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PABLO LÓPEZ RIOBO

Llegaba la corrida picassiana a la plaza de toros de Málaga en la tarde de este jueves que, además, servía para la puesta en marcha por vez primera del espectáculo crisol que aúna diversas artes en torno al toreo. Enrique Ponce y Javier Conde se batían en mano a mano para hacerle frente a un encierro de Daniel Ruiz y Juan Pedro Domecq.


Suave fue el inicio capotero de Ponce ante el noble pero medido de fuerzas primero. Acudió franco al jaco, para posteriormente dejar ponce un delicado quite por delantales, respondiendo Conde con dos chicuelinas y una media muy personal. Tuvo suavidad, temple y compás la faena del valenciano. Los muletazos a diestras brotaron suaves, dejó volar su muñeca para cuajar al interesante toro de Juan Pedro. Por el izquierdo se durmió en naturales al ralentí, viniendo el cénit de la faena en una serie de naturales hondos, encajados y con media muleta arrastrada por el suelo, los naturales no tenían fin, Malaga crujió ante una serie sublime. El final de faena por bajo tuvo el sello del toreo relajado y personal. Tras la estocada se le concedió una oreja tras una petición unánime del doble trofeo. Palmas en el arrastre para el interesante y inclasado Bullicioso de Juan Pedro.


No vio claro en ningún momento de salida Conde a un toro que desde salida demostró gran clase y humillación en la capa de José Antonio Trujillo. El quite de Ponce fue medido y templado. Tuvo conde delante un toro ideal de Daniel Ruíz, al cual le realizó una faena carente de ajuste pero con pasajes muy toreros. Se fue confiando el malagueño según avanzaba la faena. Brotaron muletazos sueltos por ambas manos a cuenta gotas pero con su particular sello. El de Daniel pese a no llevarlo nunca sometido Conde se iba tras los vuelos. Los remates tuvieron una enorme despaciosidad, Conde pese a dejar una faena de poco ajuste si pudo dibujar muletazos sueltos de fino trazo. Tras pasaportar al toro dio la vuelta al ruedo.


Humillador, franco y de gran clase fueron las cualidades que evidenció de salida en de Daniel Ruíz. Se le midió en el jaco para luego saludar Neiro por dos pares interesantes. El toro llegó a la muleta muy quebrantado por su justeza de poder y por tres volteretas. Realizó un trasteo largo, templado pero no siempre limpio. Acertó en alturas y distancias ante un animal que seguía manteniendo su buena clase pero el cual carecía de transmisión. El torero valenciano porfió en una labor en la que a base de cabeza y muleta templada sacó muletazos de un toro muy venido a menos. Dosificó al animal, le cambió las alturas para no quebrantar al de Daniel Ruíz. Hubo dos tandas sublimes en las que el toro la tomó humillado y con profundidad. Cerró su labor con adornos muy personales. Tras la estocada paseó una oreja.

En cuarto lugar salió un toro de Juan Pedro, fino de hechuras y nobleza en el capote. Se le pegó fuerte en varas, para más tarde abrirle los caminos y templarlo Cándido Ruíz. Volvió a dejar Conde una faena carente de metraje y nulo ajuste ante un Juan Pedro noble y apagadote por el gran castigo en varas. El torero malagueño dejó como pasajes más destacados un manojo de remates por bajo con garbo. Toreó al hilo del pitón, en muletazos a media altura, en una faena de largo metraje pero escaso contenido. No lo vio claro para matar y tras un aviso fue silenciado.


Volvió a abrirse la verónica con capotazo suaves y templados intercalados con tres chicuelinas y una media de cierre. Entró en su turno de quites Conde con un templado quite por chicuelinas y una media al ralentí muy bien cincelada. Al ralentí comenzó su faena por bajo ponce en remates torerísimos. Desmadejado, roto, toreando con el alma en una faena infinita, de una despaciosisad infinita. Volaron los naturales largos con una cadencia enorme. Por ambos pitones se rompió Ponce en una obra solo al alcance de los elegidos. Muleta poderosa, siempre en el morro de un Juan Pedro que tuvo nobleza, clase y gran temple. Se emborrachó de toreo, los remates y los adornos tuvieron la.premisa del regusto. Una faena que acabó con sus clásicas Poncinas, únicas a unas tafalleras con el capote de rodilla genuflexa, abrochada con una larga. Se le pidió el indulto a Jaraiz de Juan Pedro, tras una petición unánime de indulto finalmente concedido.


Salió el sexto y Conde pareció contagiarse de la cátedra de toreo que había plasmado Ponce en el quinto. 

Decidido y muy templado le regaló a su plaza un ramillete de verónicas y una media de cierra al ralentí. Volvió a sentirse con la capa en el posterior quite que tambien gustaron al respetable. Gran actuación de Daniel López con dos varas en la yema. Muy torero fue el inicio de faena pegado a tablas, se sacó el toro al tercio con temple, mayor ajuste que en los toros anteriores y un pellizco marca de la casa. Prosiguió con tandas con la mano derecha templadas y a compás ante un toro con nobleza. Con la izquierda dejó pasajes con menor continuidad pero templaditos, no le bajó la mano en exceso, en una labor mas ordenada y estructurada que en sus dos toros anteriores. Faena que caló en los tendidos pese a no ser rotunda, labor.digna de un torero que hoy en su plaza pudo sacar su personal tauromaquia Se atacó en la suerte suprema, perdiendo la oreja. Palmas.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Malagueta. Sexta de Feria. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.

Seis toros de Juan Pedro Domecq -indultado el quinto- y Daniel Ruiz.

Enrique Ponce, oreja, oreja y dos orejas simbólicas.

Javier Conde, vuelta al ruedo, silencio tras aviso y palmas. 

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