Justo Hernández: "La corrida de Madrid no estaba obesa, sino que podía con los kilos, por eso embistió"

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Dos corridas han sido las que han propiciado triunfos no solamente artísticos sino también ganaderos. De hecho, el guirigay que se montó el viernes sin razón de ser propició una injusticia que fue pedir la vuelta para el sexto de Garcigrande. Fue una corrida con todo, conjugando presencia y trapío. Buenas noches, ganadero.


Muchas gracias.


Toros con un promedio de cerca de 600 kilos.


Los toros no es la cantidad de kilos que tiene, sino los que soporta. La corrida no estaba obesa, sino suelta y podía con los kilos. Si los admite, así se desarrollan mejor.


Sexto toro de la tarde. Un toro que hubiera sido de indulto en cualquier otra plaza y en un Madrid en la que la guerra y la previsible salida en hombros hubiese sido de vuelta.


En ese toro hizo un vendaval. Fue una tarde con mucho viento, de las que es casi imposible pegar muletazos. El viento perjudicó mucho al torero y al toro. Aun así el público vio al toro pese al viento y pidió la vuelta. Sin ese vendaval, hubiese sido más vistoso todo. Tampoco es algo muy definido en cuanto a los triunfos de los ganaderos. El arrastre dura 20 segundos, y la gente no se dio cuenta de ello. No pasó y ya está. Lo importante no fue la vuelta sino que fue una tarde apoteósica.


Saltaron más toros. Balance de la corrida, de las más completas en cuanto a propiciar el triunfo.


Buen toreo con emoción, porque si no no es toreo. La tarde tuvo mucha emoción en el juego de los toros, en cómo estuvieron los toreros. Lo decía por la mañana, que Madrid es la verdad y tiene que ser el toro de verdad. Esa es la diferencia con las demás plazas. Ese día se vio. Salgo contento, otras veces serán días malos, pero los días buenos hay que disfrutarlos.


¿Cómo enjuicias las protestas por el deficiente manejo de la espada de Ponce? Era homenajear a toda una carrera, reciprocidad en el respeto al público de Madrid.


Llevo viendo toros en Madrid desde pequeños, éramos abonados y mi afición viene en esa plaza. Siempre Madrid ha captado la entrega. Nada más acabar el paseíllo sabe de quién es la tarde y sólo quieren ver a ese torero, al que han visto que viene a Madrid con verdad. Era la tarde de Ponce, y sólo le querían ver a él y Madrid lo captó. Con esa entrega tenía que salir a hombros. La espada es lo de menos, lo importante es la actitud en 28 años de alternativa. Ponce se entregó a la tarde, cómo capta esas cosas Madrid.


Desde hace un tiempo Ponce mata las de Garcigrande, pero nunca ha sido habitual.


Los toreros siempre han apostado por las ganaderías que mejor les han ido, con las que ellos creen que pueden lograr sus triunfos y su toreo. Igual que hay que respetar que un torero no mate tus corridas, tienes que entender cuándo las mata. Aquí no se regala nada a nadie, todo el que está ahí es por méritos propios. Cuando un torero cree que para triunfar tiene que tirar de unas ganaderías, tira. No por amistad, sino porque las necesitan.


No se equivocó Enrique Ponce. Gran tarde de Garcigrande. Todo lo capitalizó la presencia única del maestro valenciano. Muchas gracias Justo.



Nadie puede inventarse nada, si no todas las tardes serían apoteósicas. Siempre ponen los dos muchísimo en los mejores casos. 


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